Día 177º de la pandemia. Continúo asintomático. Según
avanzan los días aquí cada uno parece que lo tiene más claro. La importancia
del sector turístico, aunque suene a discurso político, es un factor de la economía
que nos incumbe a todos. Por eso ha resonado el mensaje que nos llega desde
Francia donde se aconseja a sus ciudadanos que no vengan a España porque hay
bastantes contradicciones en las normas que practica nuestro gobierno.
Si dijese que me ha sorprendido la excusa de los franceses,
mentiría o casi. Porque en un repaso de nuestro pasado más inmediato hemos
visto comentar abiertamente que se iba a proponer un estado de alarma de un
mes, que al final se acordó para quince días, y cuando todavía no se ha
cumplido este plazo, ya nos están anticipando que se levantará según las
diferentes regiones. Si fuese político diría que no hay ninguna contradicción,
lo que hay es una respuesta adecuada a cada momento. Lo que pasa es que no soy
político y lo que deja ver es que aquí no se aclara nadie.
O sí, porque al menos ya tenemos un gran culpable de todo.
Por fin el Sr. Sánchez ha desvelado al causante de tantas disonantes alianzas para evitar que el
programa de gobierno se tambalease. Solo señala a un partido, el PP, que cuando más necesitaba de su apoyo para
solicitar un estado de alarma de un mes de duración se lo negó -aunque hubo
otros más de enfrentadas tendencias políticas-.
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