jueves, 31 de julio de 2014

Agenda


         No hay que poner en duda la buena intención con que muchos expertos nos aconsejan buenos hábitos de vida para garantizarnos una buena salud. No es solo cuestión de consumir alimentos sanos, sino también distribuir el tiempo a lo largo del día repartido entre trabajo, descanso, relaciones personales y atenciones a uno mismo.

         De las 24 horas descartamos ocho para dormir. El resto se cubre con la jornada laboral, desplazamientos, ejercicio físico, comidas sanas, labores domésticas, vida social y familiar y las imprescindibles lecturas. De verdad, si realizamos todo esto diariamente con los tiempos aconsejados, necesitaríamos unas 30 horas o caeríamos fulminados por el estrés intentando cumplir con todo sin conseguir nada.

         Dada la imposibilidad, recortaremos de las horas de descanso, suprimiremos el ejercicio físico, dependeremos de las comidas rápidas, no atenderemos debidamente la casa, ni a la familia ni a los amigos, pasaremos de la lectura... En consecuencia, tendremos al perfecto desgraciado solitario abandonado de su familia y sus amistades, propenso a padecer enfermedades cardiovasculares y sufrir una profunda depresión...

         Eso o programar nuestra agenda diaria como mejor podamos.



lunes, 28 de julio de 2014

Canciones


Las canciones despiertan la envidia de los poetas, cuyas reflexivas y profundas composiciones se circunscriben exclusivamente a sus íntimos seguidores. Mientras, esas letras de rima facilona y reiterada, sostenidas sobre compases monótonos, pegan de lleno en un público deseoso de poner una banda sonora a cada momento de su vida.

Porque cada instante tiene su melodía. Una conjunción mágica, la mayoría de las veces caprichosa y aleatoria. Si el fugaz amor de verano se recuerda a través de un estribillo machacón y obsesivo, los momentos de mayor sensibilidad funden el calor de una canción con la ternura de las caricias para siempre. Esos viejos acordes sirven de pasaporte para una imposible travesía hacia el pasado, para erizar la piel cuando la distancia de los años ya ha apagado la pasión o para esculpir una lágrima al sentir presente a quien ya no está.

Qué gran favor nos hacen esos compositores que desde la fugacidad de un éxito pasajero ponen música a nuestras vidas. Nunca han tenido la trascendencia de los mejores poetas ni lo han pretendido. Fue el destino el que hizo que esas canciones sonasen justo en ese momento especial y se grabasen en nuestra alma.



viernes, 25 de julio de 2014

Autoayuda


         Echando un vistazo por los distintos blogs, así como por los estantes de las pocas librerías que todavía quedan me encuentro con que las publicaciones de autoayuda arrasan en cantidad y variedad.

         Deduzco de ello que existe un amplio público que demanda este tipo de textos. Estos lectores posiblemente soliciten una serie de mensajes reclamando al mercado consejos, directrices y propuestas para poder encarar sus compromisos diarios con solvencia, o al menos, que su autoestima no se vea excesivamente menoscabada.

         Sospecho con ello que la sociedad en este aspecto ha cambiado, pero no ha avanzado. Las generaciones anteriores no vivían menos frustradas que las actuales. También necesitaban una ayuda para poder levantarse y seguir peleando. Entonces el sistema ofrecía una religión que predicaba la paciencia y la promesa de una recompensa en el más allá.

         Compruebo que la sociedad ha dado la espalda a esa religión, principalmente por la hipocresía de sus representantes en la Tierra, más que por convicción propia. Por eso no ha encontrado sustituto para ese mensaje de apoyo y esperanza. Ahora deposita su confianza en los nuevos gurús de la autoayuda que lanzan frases hechas, aforismos repetitivos y sentencias absurdas.

         Llego a la conclusión de que existe un gran número de personas que prefieren que le marquen lo que tienen que hacer antes que decidir por sí mismas y asumir sus responsabilidades.



martes, 22 de julio de 2014

Previsiones


Con las nuevas tecnologías los lectores de periódicos pueden elegir el tipo de noticias que reciben y costumizar así su contenido. Todo un adelanto. Una forma más de acercar el periodismo a un público que necesita la información de forma inmediata.

Pese a tanto avance, se echa de menos en estos ciberperiódicos personalizados una sección de predicción del estado de ánimo de la  gente, redactado con la misma sencillez que el parte meteorológico: “A primeras horas del día habrá predominio de somnolencia y atisbos de resaca en los sectores más jóvenes”, “según avance la mañana los intervalos de monotonía y sorpresa demostrarán que no ganamos para sustos”, “por la tarde habrá amenaza de sombría tristeza si bien, acabando la jornada laboral reencontraremos el calor del afecto de los seres queridos que disipará el mal humor, en espera de que mañana sea otro día”.

De esta manera, al igual que podemos llevar por precaución un paraguas ante el anuncio de posibles lluvias, también podríamos evitarnos inútiles disgustos ante la previsión de un mal día.


sábado, 19 de julio de 2014

Inmejorable

  
         Por encima de lo idóneo, lo óptimo y lo mejor de lo mejor está aquello que ya no se puede mejorar: lo inmejorable.         

Podríamos interpretar que detrás de alcanzar algo inmejorable hay una fuerte satisfacción, una sensación de haber logrado lo imposible, aunque también un cierto tono de conformismo ya que si celebramos un acierto cualquiera calificándolo de inmejorable en el fondo estamos renunciando a buscar otras opciones más adecuadas.

         Sea cual fuere el sentido que le demos a la palabra, la verdad es que se echa de menos un adjetivo que le corresponda como antónimo directo, ya que estrictamente mejorable, lo que se puede mejorar, lo es.

         Se trata de encontrar un término que califique aquello que sea tan malo que peor, imposible. Con una sola palabra. Y ahí el léxico popular se detiene y reconoce que no, que no se encuentra entre los millones de palabras que componen nuestro idioma un vocablo que designe aquello que ya no puede empeorar más, dejando abierta la idea de que siempre existe algo todavía peor.

         Será que cuando nos encontramos mal, basta echar un vistazo por los alrededores y fácilmente encontraremos a otro que esté peor que nosotros. Y este, a su vez, sin esfuerzo se consolará al ver a otro peor todavía. Un consuelo... de tontos.

miércoles, 16 de julio de 2014

Pausas


Hay días en que uno se levanta muy filosófico, con ganas de ordenar su vida. De dar un repaso a lo que ha sido, lo que es y lo que desearía que fuese. Y lo que a uno le llenaría de satisfacción sería sentirse ancho, inmenso, rebosante de haber obtenido todo lo que realmente se proponía. Sin embargo, lo que a uno acaba de hundir es que de todo lo que soñaba, sólo esbozos, sólo apuntes van surgiendo y para colmo todos son torcidos, caricaturas de unos ideales que le sumen en una profunda decepción.
       
Hay días en que uno debe pedir una pausa a la vida. Un alto en el camino que oriente y defina el punto de fuga desde el horizonte con una única obsesión de encontrarse a sí mismo.

        Las pausas bien hechas implican una reflexión, una revisión y una evaluación del trecho recorrido. Las pausas bien hechas proyectan un objetivo, un ideal y un sueño. Las pausas bien hechas configuran ese lugar que no retrocede porque el pasado no se puede ya modificar ni avanza porque los deseos en esos momentos son siempre intangibles.


domingo, 13 de julio de 2014

Infalibles


         Entre los distintos tipos de personas complicadas que nos rodean sufrimos con mucha frecuencia a los infalibles. Individuos que no se equivocan ni cometen fallos nunca. Eso creen.

         Sorprenden por su extraordinaria habilidad para hacerlo bien... incluso cuando lo hacen mal. Porque ellos no lo hacen mal jamás; siempre tiene otro la culpa, o si no hay nadie a mano para señalar, se excusan de mil maneras: una encerrona, una trampa o previamente ya alguien se había adelantado para provocarle la confusión. A lo sumo, llegan a admitir que hubo un ligero descuido, un lapsus insignificante que no se puede calificar ni siquiera de tropiezo.

         Para ser sinceros, infalible es el Papa y no siempre. Solo cuando promulga un dogma de fe. Lo cual es irrefutable, ya que por definición los fieles deben creerlo y no cuestionarlo jamás. El resto de los mortales de una u otra manera yerra, por muy mal que siente o por mucho que cueste aceptarlo.

         Reconocer un error propio es un gesto que dignifica. Facilita la corrección, anima a los demás a colaborar y con ello todos nos sentimos más próximos fomentándose una convivencia más armónica.  



jueves, 10 de julio de 2014

Convicciones


Hay gente que no es que esté totalmente convencida de sus ideas, es que no conoce otras. Se mueve en el límite entre el conocimiento y la fe. Esta gente se agarra a unos principios recibidos que no se ha atrevido a cuestionar y así combatir el vértigo de la duda.

         Erróneamente muchos consideran que las convicciones ideológicas, políticas o religiosas deben mantenerse inmutables como parte sustancial de la personalidad. Ignoran que corren un alto riesgo de acabar automatizándose si recurren a ellas como a un manual de respuestas para toda situación que surja a lo largo de la vida. El grado de firmeza y contundencia con que se apliquen evaluará la fuerza de esas convicciones.

Sin embargo, esa sólida imagen que se ofrece se desmorona ante cualquier dilema que afecte de una manera más o menos próxima. Sencillamente porque todas las convicciones se forman a partir de creencias, opiniones e ideales. No son más que interpretaciones de la realidad que inicialmente ayudan a entenderla y a moverse por ella.

El mérito está en que uno mismo debe saber forjar sus convicciones personales a partir de su experiencia y un espíritu crítico. No hace falta, pues, asimilar las convicciones de otros para transformarlas y defenderlas como propias.

         

lunes, 7 de julio de 2014

Recuerdos


Con el paso del tiempo las imágenes que retuvieron nuestras retinas pierden su contorno, se diluyen entre sombras haciéndose cada vez más borrosas. Y uno se esfuerza revisando su pasado, tratando de rescatar esos momentos que grabó con frescura. Y con empeño solo reúne una distorsión de líneas, formas y destellos, trazos de figuras refugiadas en la mente en espera de que la memoria acierte a recuperar y ordenar.

Son brumas de recuerdos que se desfiguran y se configuran en distorsionado antojo. Esas reminiscencias de experiencias han ido marcando una vida y resisten a perderse colgadas en el presente en vagas y selectas pinceladas decoloradas. Montan frágiles siluetas del pretérito supervivientes en nosotros, sensibles y tiernas, acumulando velos de niebla que las difuminan poco a poco más hasta confundirlas con la ausencia, hasta converger en metáforas de la luz.

Finalmente, transformadas en informes nubes volarán allá, allá lejos, hacia la región donde habita el olvido pendientes de un gélido soplo que algún día las borre definitivamente.



viernes, 4 de julio de 2014

Big Bang


         La Cosmología Física explica el origen del Universo a través de la teoría del big bang como una magnífica explosión en un único punto donde no se diferenciaban el espacio del tiempo. Fórmulas matemáticas que calculan la expansión de nuestro universo observable la respaldan.

         El conocimiento también tuvo su punto de origen en un momento determinado a partir de una eclosión tan fabulosa como supuestamente tuvo que ser el big bang. No fue un grandioso estallido sino fue en efecto mucho más complejo porque a partir de un todo indiferenciado e indefinido en sí surgió el concepto, la palabra.

         No nos referimos solamente a la palabra como estructura lingüística sostenida por unos fonemas que facilitan su realización o unos monemas que la categorizan gramaticalmente. Se trata además de la palabra como unidad del conocimiento que crea, conforma y jerarquiza las divisiones del saber. Desde entonces el conocimiento no ha dejado de expandirse.

         Y la palabra tuvo que ser anterior al big bang, porque sin ella seríamos incapaces de interpretarlo. Solo así podemos entender el mensaje gnóstico de Juan 1,1: En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. El Verbo, la Palabra es el principio del saber y del entendimiento.



martes, 1 de julio de 2014

Parecidos


         Qué rabia da que alguien te encuentre parecido con otra persona. Como si te restase personalidad, se tiene una extraña impresión y hace que uno se sienta un cromo repetido en medio de una colección.

         Deberíamos estar acostumbrados. Nada más nacer todos los parientes rastrean señales irrefutables que garanticen la paternidad. Tiene los mismos ojos de su padre... cuando sonríe recuerda a su abuelo paterno... y al final la cara es la solución de un rompecabezas con recortes de todos los rostros que han pasado por la familia.

         Con la adolescencia todos esos rasgos se barajan, y los ojos son de un tío, la barbilla del abuelo materno y el carácter, en plena formación sigue perteneciendo a algún ascendente más o menos próximo.

         Después, con el paso de los años nuestra imagen se hace más visible y se acentúa reviviendo el pasado de otros. Y por mucho que cambiemos el peinado, mudemos el vestir o forcemos nuestra silueta, al final volveremos a ser vivos retratos de alguien.

         Así, en silencio, mirándonos frente a un espejo nos cuestionaremos si en algún momento de nuestra vida hemos sido capaces de parecernos a nosotros mismos.