Día 165º de la pandemia del Covid-19. Continúo asintomático. No dejan de tener bastante razón quienes ven la causa de tanto relajamiento colectivo en las calles al hecho de que los medios ocultan las imágenes más duras de la pandemia. Solo vemos a los recuperados saliendo del hospital entre aplausos, aunque muchos lo hacen en silla de ruedas y bastante desmejorados.
Ayer saltó la noticia del empeoramiento de un personaje público de la política. Ha sido ingresado por trombosis en piernas y pulmón como consecuencia de haber padecido Covid-19. Para la prensa esta noticia ha pasado desapercibida en sus portadas. Sus motivos habrá. A mí lo que me llama la atención es que un paciente, dado de alta, reingrese con una sintomatología grave derivada de la enfermedad. Esto nos lleva a pensar que cuando nos hablan de recuperados más bien nos están diciendo que el virus ya no está en el enfermo, pero no se especifica en qué condiciones ha quedado su salud.
No estaría de más que también se informase al público en general de qué pasa con la gente que regresa a casa, cuáles son las secuelas secundarias más frecuentes y peligrosas o irreversibles. Seguro que si se divulgase esta información a más de uno se le quitarían las ganas de compadreo callejero y se tomaría más en serio las medidas de precaución.
Sigamos confiando en nuestras autoridades (porque no hay otras).
Ayer saltó la noticia del empeoramiento de un personaje público de la política. Ha sido ingresado por trombosis en piernas y pulmón como consecuencia de haber padecido Covid-19. Para la prensa esta noticia ha pasado desapercibida en sus portadas. Sus motivos habrá. A mí lo que me llama la atención es que un paciente, dado de alta, reingrese con una sintomatología grave derivada de la enfermedad. Esto nos lleva a pensar que cuando nos hablan de recuperados más bien nos están diciendo que el virus ya no está en el enfermo, pero no se especifica en qué condiciones ha quedado su salud.
No estaría de más que también se informase al público en general de qué pasa con la gente que regresa a casa, cuáles son las secuelas secundarias más frecuentes y peligrosas o irreversibles. Seguro que si se divulgase esta información a más de uno se le quitarían las ganas de compadreo callejero y se tomaría más en serio las medidas de precaución.
Sigamos confiando en nuestras autoridades (porque no hay otras).
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