domingo, 30 de marzo de 2014

Madurar



         Para explicar el paso de los años por las personas el vocabulario da elegir numerosas opciones que no por ello deben considerarse necesariamente sinónimas. Entre envejecer y madurar circulan demasiados matices y muy distintas interpretaciones que en absoluto se ocultan tras un posible eufemismo.

         Ambos términos están relacionados con la capacidad de aprendizaje. Mientras estemos abiertos a recibir y procesar novedades y sepamos responder ante ellas con una dinámica de adaptación estaremos posponiendo nuestro envejecimiento. Aceptar que somos incapaces de aprender o adaptarnos a los cambios significa adelantar nuestra vejez. Los peores síntomas se manifiestan en el desinterés por lo desconocido y el rechazo a lo que se escape de nuestro conocimiento.

         La madurez, aunque estrechamente relacionada con la edad, lo es más con la experiencia aprendida. No se madura porque pasan los años, se madura porque la reflexión se convierte en una herramienta fundamental a la hora de tomar una iniciativa. La madurez controla las reacciones impulsivas y predispone hacia la correcta elección. Comprender y asimilar cualquier novedad se convierte en un reto necesario para evitar que el proceso de maduración se estanque y se transforme en envejecimiento.

El que no aprende no madura, envejece.

 

jueves, 27 de marzo de 2014

Menores


Qué mala impresión causan esos concursos en los que los menores juegan a ser adultos. Compiten entre ellos despreciando su infancia para emular a las estrellas consagradas. En muchos casos, niños de muy corta edad cantan, zapatean, bailan exactamente igual que los más famosos artistas en una pasmosa imitación, incluidos los gestos más provocativos, que despierta los elogios de un jurado

En el fondo no son los pequeños quienes se disputan la victoria, sino sus padres. Ellos, verdaderos frustrados, son capaces de sacrificar cualquier sentimiento con tal de poder verse satisfechos. Basta pensar en el número de horas que obligan a sus hijos para entrenarse, prepararse y alcanzar el nivel al que llegan para entender lo egoístas que pueden ser.

Los primeros años de vida de una persona se deben invertir en su desarrollo físico e intelectual, en su formación humanística y científica, con un sentido abierto que le dé acceso a las mejores opciones según sus propias características.

Por eso, qué mala imagen dan esos pequeños jugando a mayores. Y peor, si además, algunos montan el espectáculo a costa de esas engañosas ilusiones, alentadas por un público que da soporte a ese mercado, verdadero tráfico de menores.

 

lunes, 24 de marzo de 2014

Obituarios


Se suelen redactar con tantos tópicos que siguen las mismas simples, esquemáticas e impersonales pautas de los epitafios. Porque la muerte, tal cual, es un tema tabú, y nadie se atreve a hablar mal de un muerto, y menos mientras el fallecido está todavía ahí, en cuerpo presente.

Confunden el reconocimiento noble y merecido a quien defendió con honestidad unos ideales no compartidos. Una cosa no quita a la otra. Hay personas que a lo largo de su vida han inspirado la admiración de todos y con ella tenemos la obligación de despedirlas. Sin embargo, por los obituarios de los periódicos también han desfilado importantes personalidades, muchas de ellas incluso con las manos manchadas de sangre, que se han visto beneficiadas ante la Historia por la amnistía de la muerte.

Lo peor es que ni mitificados se diferencian tanto de los condenados ad aeternum. Por eso, en justicia, no se puede aceptar ningún elogio gratuito, ni siquiera plastificado en frases hechas, para aquellos que antepusieron sus intereses personales, tramaron ocultas estrategias o tomaron decisiones marcadamente partidistas con plena conciencia. La muerte no invita a mentiras y la memoria de un personaje mucho menos.

 

viernes, 21 de marzo de 2014

Precio


Todo tiene su precio. Todos tenemos precio. ¿Y cuál es el precio de una persona? No eludamos la respuesta esbozando una sonrisa o un tímido gesto de negación… todos tenemos precio, insisto, y no hay excepciones. Con facilidad se señala a las personas que de una manera más o menos rápida, más o menos simple o más o menos superficial ponen precio a todo lo que se les pida. En seguida pensamos en aquellos que se venden.

Pero esto de poner precio a la gente es mucho más antiguo. No se trata de cuánto dinero aceptaríamos por hacer algo que vaya contra nuestros principios. Viene de antes de que existiese el dinero. Es una cuestión mucho más profunda. ¿Qué necesitan ofrecernos para que traicionemos nuestros ideales?

Y ahí, en nuestra debilidad, en nuestras limitaciones se agrietan nuestras firmes convicciones hasta el punto de entregarnos a un oscuro comprador. ¿Acaso nuestro modo de vida no se construye sobre un mundo injusto y desigual? Conformismo y silencio es el precio que han puesto a una vida formalmente cómoda. Y muchos ni se dan cuenta.

 

martes, 18 de marzo de 2014

Ortografía


Corren tiempos de grandes cambios en el texto escrito. Son tan importantes y rápidos que las normas ortográficas no acaban de asimilarlos ni dar mejor respuesta para hacerse respetar.

El terrorista ortográfico ha invadido prácticamente todos los campos y deambula a sus anchas sin miedo alguno. No le interesan ya los acentos, que los ignora en todos los sentidos, ni las haches del verbo haber que en muchas ocasiones las compensa anteponiéndolas a la preposición a, ya no; ahora sus objetivos, en su afán de reducir el número de letras de sus mensajes, son las vocales y las Q, estas desplazadas por la K, pero resistiendo cuando se asocia con la X, a costa del por y del para. Así un mensaje entre enamorados xq t kiero podría leerse porque te quiero o ¿para qué te quiero? Incluso algún estúpido ha propuesto normalizar una ortografía paralela para el ámbito whatsappero.

         Ante esta moda la Ortografía académica no debe olvidar su razón de ser. Las normas garantizan la correcta lectura y comprensión de un texto de forma universal. Aquellos que incumplan esas reglas se arriesgan a ser malinterpretados y rechazados, además de mostrar su escasa formación cultural.

         Porque la importancia de un mensaje empieza por el cuidado que se pone en su redacción. 

sábado, 15 de marzo de 2014

Perspectiva


¡Qué importancia tiene una perspectiva! Sin ella se confunden las premisas, los axiomas y se mezclan las interpretaciones; sin ella se pierde la objetividad. Es un principio elemental: no se puede ser juez y parte a la vez.

Una situación cualquiera, cuanto más nos aproximamos a ella, más cerca estamos de acabar engullidos. Se exige, entonces, una distancia prudencial que permita una exposición de los hechos, analizarlos y evaluarlos considerando fríamente todas las circunstancias que han confluido en ellos. Siempre sin apartarse de esos principios, ahora referentes, que desliguen implicados de interesados.

Por desgracia, aunque la teoría así expuesta se muestra atractiva, a la hora de llevarla a la práctica, muchas veces se viene abajo. Como ocurre con algunas leyes, que lejos de defender el bien común y una garantía de libertades acaban imponiendo una ideología determinada o protegiendo los insolidarios intereses de la mayoría de las multinacionales. Confunden e invierten así el sentido de las leyes.

Si entendemos el mundo como una colmena, perderemos la perspectiva, y yo no me hartaré de decirlo... es lo único importante.

 

miércoles, 12 de marzo de 2014

Batallas


Hay episodios históricos que con el paso del tiempo quedan a merced de la memoria colectiva. Y a decir verdad, mal refugio encuentran. Especialmente cuando se hace referencia a pasajes en los que con la distancia que dan los años cada vez quedan menos testigos que puedan desdecir una versión.

         Los abuelos en su ánimo de sellar en la memoria de sus nietos hechos de su pasado aprovechan la ocasión para amplificarlos y presentarlos como hazañas y gestas dignas de cualquier novela épica. Queridas batallas que en la tierna infancia se escuchaban con los ojos abiertos de admiración y con los años se han quedado en batallitas, por no decir fábulas.

Esos entrañables relatos pierden su encanto cuando se reviven antiguas heridas. Es el caso de la fratricida Guerra Civil española. Lo malo es que en las guerras matan los dos bandos contendientes, y no las ganan ni los buenos ni los malos, sino los que más matan. No lo olvidemos. La ley de la memoria histórica nos quiere dar una versión partidista de aquel terrible conflicto en el que tanto unos como otros pisotearon la dignidad humana.

Alentar la discordia no es la mejor manera de superar los errores del pasado.

 

domingo, 9 de marzo de 2014

Profesiones


        Cuando sea mayor yo quiero ser... a menos años mayor abanico de posibles profesiones. También a menor edad más fantasía. Por un lado se consulta la imaginación del niño y por el otro se comprueba su capacidad de observación. Por eso se puede combinar la épica de bomberos, astronautas o deportistas de élite con el prestigio de médicos, arquitectos e ingenieros.

Llama la atención esa insistencia con la que casi se obliga a identificar vida y profesión. Como si uno naciese solo para desarrollar una única y exclusiva actividad laboral en su paso por el mundo.

El problema aparece cuando el adolescente, que ya no es el tan imaginativo pequeño, toma conciencia de que aquello a lo que aspiraba empieza a ponerse difícil de alcanzar y no tiene más remedio que ir desviando sus ilusiones hacia otras actividades que no estaban en la primera línea de sus preferencias. Con ello aumenta el riesgo de frustración y desánimo.

Y todo llega por un error de principio. Es falso que a los pocos años una persona ya sepa cómo se va a ganar la vida. Por lo tanto, hay que fomentar una mentalidad dispuesta a experimentar distintas opciones, estar atento para aprovechar diferentes oportunidades y siempre preparado para cambiar. Nunca hay que jugarse la vida a una carta.

jueves, 6 de marzo de 2014

Fusión


Si alguien pretende demostrar su pureza de sangre está condenado al fracaso. No existe ni pueblo ni cultura lo suficientemente aislados ni en el tiempo ni en el espacio como para considerarlos libres de las influencias de sus vecinos. Ni siquiera ese grupo de kawahiba, una comunidad amazónica, descubierto por antropólogos occidentales hace menos de un año.

La vitalidad de los pueblos se renueva con el mestizaje. A través del vínculo común se da cuerpo a una constante renovación y se garantiza la supervivencia. Y no es una cuestión específicamente genética, sino que abarca todas las señas de identidad que aparentemente identifican a un colectivo. La palabra clave en el arte, en el pensamiento y en el saber se llama fusión.

        Fusión de formas, fusión de melodías, fusión de ideas... todo sostenido por una viva interacción libre de prejuicios racistas, nacionalistas y clasistas. Por eso, las ciudades más cosmopolitas ofrecen toda una amalgama de tonos de piel, de vestimentas, de lenguas y ritmos que confluyen para armonizar las distintas interpretaciones que se puede dar al sentido de la vida.

Fusión es compartir el mundo.

 

lunes, 3 de marzo de 2014

Tríos


La rica polisemia que se desprende al relacionar entre sí tres piezas separadas da mucho juego. Y no me refiero a un conjunto musical, sean voces o instrumentos, donde se busca la perfecta armonía. Ni al póker, donde un trío vale más que una pareja. El trío donde de verdad da mucho que hablar es en el amor. Ya lo señalaba el Arcipreste de Hita: con el amor hay mucha confusión.

El trío surge cuando alguien está enamorado inevitablemente de dos personas a la vez. Todo empieza por uno, pero paradójicamente hay trío cuando dos quieren, a costa de un tercero que sigue jugando a parejas. Todo un lío de encuentros, excusas y mentiras. Tan difícil de sostener como de entender. Cuando alguien estira más de la cuenta, los tríos se rompen y no siempre por el vínculo menos fuerte.

Y no es villano quien está en medio, sino víctima. Aunque engaña por dos, también ama y trata de responder doblemente, como compañero y como amante, sin renunciar a nadie. Todo un imposible, una locura, porque, si el amor quema, vivir entre dos fuegos es la realidad más próxima al infierno.