En contra de lo que predican ciertos
principios religiosos, el dolor no dignifica a la persona. Ni el dolor, ni la
muerte.
sábado, 30 de noviembre de 2013
Eutanasia
miércoles, 27 de noviembre de 2013
Covers
La copia, si supera al original,
también es arte.
domingo, 24 de noviembre de 2013
Propósitos
El
futuro se afronta de mil maneras: proyectos, retos, pretensiones, sueños...
quizá, la forma más racional de hacerlo esté en los propósitos. Cada propósito
surge de una evaluación de la situación de partida para marcar unos objetivos
alcanzables.
jueves, 21 de noviembre de 2013
Caos
Del griego tomamos palabras de
significado categórico: abarcan el concepto en su grado absoluto. El caos, por ejemplo, es el desorden universal,
que se opone, siempre bajo el pensamiento de la antigüedad clásica, al cosmos, el orden completo.
lunes, 18 de noviembre de 2013
Galerías
La imagen poética de la vida tiene
proyecciones variopintas que van desde los ríos manriqueños, pasando por el
efímero frenesí de Calderón hasta esos caminos construidos al ritmo de los pasos
dados de Machado. Todas interpretan que vivir es viajar.
viernes, 15 de noviembre de 2013
Autodefinido
Si nos pidiesen que nos definamos a
nosotros mismos, recurriríamos a un orden lógico de exposición: nombre, sexo,
edad, trabajo/actividad/ideología… pero, no, no se trata de eso… esos datos servirían
solo para precisar cómo han elaborado nuestra ficha de identidad para esta
sociedad.
El nombre funciona denotativamente
para diferenciarnos de los demás, aparentemente más cálido que la fría hilera
de dígitos que compone el DNI o el pasaporte, aunque en realidad tienen todos
la misma finalidad. El sexo corresponde a una descripción biofísica que no
tiene por qué predecir nuestros gustos, tendencias o valores. La edad resulta
de un cálculo aritmético generalmente alejado de nuestra propia experiencia. Y presentarnos
a partir de nuestro oficio, actividades e ideología no es más que resaltar lo
que hacemos, en qué ocupamos el tiempo y lo que idealizamos. Etiquetas que, sin embargo, no esclarecen nuestra pregunta más elemental: ¿realmente
quiénes somos?
Porque el ejercicio más difícil es
tratar de autodefinirse. Despojarse de todos esos referentes envolventes de
interpretaciones externas e interiorizar en el único y propio valor personal. Y
una vez que lleguemos a ese punto, a la desnudez total y absoluta del propio
ser, quizás nos abrume aceptar que en el trasfondo de todo no encontremos con
qué reconocernos.
martes, 12 de noviembre de 2013
Eugenesia
Entre otros fines la manipulación
genética germinal pretende la obtención de niños saludables mediante técnicas
de reproducción asistida. Esto es, la ciencia al servicio de la eugenesia.
En un futuro, se podría llegar a garantizar
cuerpos sanos, libres de enfermedades hereditarias, con una expectativa de vida
muy superior y con un mayor potencial intelectual. Todo el mundo, a la hora de
desear un hijo, quiere que reúna esas características. No es inmoral, por lo
tanto, establecer las bases para superar el aleatorio capricho de la naturaleza
que en muchísimas ocasiones encarcela al individuo en un cuerpo que vive en
total desventaja frente a los demás.
En cambio, asomarnos al uso que se
puede hacer de todas estas ventajas nos provoca un vértigo difícil de
controlar. El mundo quedaría dividido en grupos eugenéticos, formados de las
clases dominantes, y en grupos definidos por el azar genético de la
reproducción natural. Significaría el primer paso para establecer una raza
humana superior. Y eso, la verdad, da miedo.
sábado, 9 de noviembre de 2013
Trampas
Durante la infancia los juegos asientan las bases de
la convivencia en cada individuo. Hay que ajustarse a unas normas, respetar un
turno, desarrollar unas habilidades y reconocer el acierto del vencedor. En
otras palabras: competir con nobleza.
Como a cualquier principiante, a los niños les
cuesta ganar sus primeras partidas. Pueden abandonar en seguida o insistir una
y otra vez. Todo depende de su amor propio. Y, también los hay, total reflejo
de la sociedad de los mayores, que hacen trampas: no esperan su turno, cuentan
irregularmente… e incluso resuelven con gritos sus diferencias con los otros
jugadores. Son unos tramposos y, por lo general, se quedan solos.
Sucede que con el tiempo esas trampas en embrión
crecen y se trasladan a otros sectores de la vida social, alcanzando usos mucho
más punibles en función a que ya no se saltan un reglamento, ahora incumplen
una ley.
Consecuentemente, si de pequeños a nadie le gustaba
jugar con tramposos, de adultos, no debemos dar la partida por perdida porque
nos hacen trampas. La obligación de todos es señalarlos e impedir que saquen
provecho de sus irregularidades aquellos que desacatan las normas. Denunciarlos
también forma parte del juego limpio.
miércoles, 6 de noviembre de 2013
Epidemias
Ya hace algunos años, el mundo entero se aterrorizó
ante el anuncio de una colosal epidemia que acabaría diezmando a la humanidad.
Una mutación vírica de dudoso origen permitía contagiar una enfermedad propia
de las aves al ser humano.
La lista de sospechosos de haberlo provocado pasaba
desde un laboratorio secreto dependiente de las superpotencias, hasta el
terrorismo internacional apoyado por aquellos estados que pretenden adueñarse del mundo (entiéndase Corea del Norte, Irán,
Sudán…). El caso es que infundido el miedo en la población se implantaron
controles muy rigurosos en los aeropuertos, se sacrificaron millones de aves en
las granjas, entre otras medidas. La Ciudad de México llegó a estar paralizada
un fin de semana entero para evitar el contagio de tan mortal enfermedad.
Pero no hubo tal pandemia. O al menos, no causó más
muertes que cualquier otra cepa de la gripe común. Sus cifras fueron ridículas
frente a, por ejemplo, la malaria. En cambio sí pudimos comprobar la capacidad
que tenían los gobiernos para dominar con el pánico a la población a través de
los medios de comunicación.
Mientras, los laboratorios que produjeron las
supuestas vacunas multiplicaron sus beneficios geométricamente. Fue una gran jugada
para los que controlan el poder y están dispuestos a repetirla.
domingo, 3 de noviembre de 2013
El Muro ("The Wall")
En noviembre de 1979 el consagrado grupo británico Pink Floyd editó The Wall, un álbum conceptual que trataba entre otros temas la
represión que ejerce la educación sobre el individuo.
Y es así. Las sociedades configuran su esencia
doblegando las particularidades de las personas para, precisamente, permitirles
integrarse y contribuir de lleno en ella. Toda sociedad marca unos hábitos y
unas rutinas rigurosas tales como fijar los horarios de trabajo, los días de
descanso e incluso las fiestas y manifestaciones multitudinarias. No se escapa
nadie, porque los que no participan de este control son los marginados, para quienes
la propia sociedad reserva sus propios reductos.
Desde hace años los nuevos programas educativos han venido
reduciendo sus contenidos intelectuales al mínimo. Dejando a un lado el debate
sobre los proyectos de ley, hoy la educación
prioriza con su dinámica uniformista en gran medida a que cada alumno acabe
correctamente modelado y encaje dentro de ese muro, como un ladrillo más, falto
de iniciativa propia. Aquel que se rebele quedará apartado del proceso y relegado
a espacios marginales.
Por eso la sociedad empieza a sentir el miedo ante
tanto fracaso escolar. No por otros motivos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)