Día 162º de la pandemia del Covid-19. Continúo asintomático. Me llama mucho la atención el conflicto surgido entre el gobierno autonómico valenciano y el gobierno central español por culpa de la aplicación de las fases en los distintos territorios. Mi punto de vista solo se sustenta en suposiciones e indicios ya que ambos, en su cruce de manifestaciones, que no de reproches porque son muy educados, se abstienen de ofrecer información, datos o cualquier referente que nos permita tener una idea aproximada del tema a los ciudadanos afectados por ambos gobiernos.
Lo que no cuadra es que tengamos una consejera de Sanidad que nos diga que lo tiene todo preparado para recibir una matrícula de honor al plan del Consell y luego le den calabazas al aplicar los criterios técnicos y epidemiológicos nacionales. Lo malo, insisto, es que ni la señora Barceló es capaz de justificar su matrícula de honor con datos, ni desde el Ministerio de Sanidad nos señalan los puntos esenciales en que falla la Comunidad Valenciana.
Que no desvíen el asunto de su núcleo. No se trata de un pulso entre gobierno autonómico y central de ver quién puede más. Lo que deben aclarar, por encima de sus propias competencias, es el índice de riesgo mesurable que corre la población, cuantificar públicamente los recursos disponibles para afrontarlos y hacernos llegar un plan correctamente especificado, que no alimente ni dudas ni interpretaciones, para que todos sepamos a qué nos atenemos. Lo demás no soluciona nada.
Sigamos confiando en nuestras autoridades (porque no hay otras).
Lo que no cuadra es que tengamos una consejera de Sanidad que nos diga que lo tiene todo preparado para recibir una matrícula de honor al plan del Consell y luego le den calabazas al aplicar los criterios técnicos y epidemiológicos nacionales. Lo malo, insisto, es que ni la señora Barceló es capaz de justificar su matrícula de honor con datos, ni desde el Ministerio de Sanidad nos señalan los puntos esenciales en que falla la Comunidad Valenciana.
Que no desvíen el asunto de su núcleo. No se trata de un pulso entre gobierno autonómico y central de ver quién puede más. Lo que deben aclarar, por encima de sus propias competencias, es el índice de riesgo mesurable que corre la población, cuantificar públicamente los recursos disponibles para afrontarlos y hacernos llegar un plan correctamente especificado, que no alimente ni dudas ni interpretaciones, para que todos sepamos a qué nos atenemos. Lo demás no soluciona nada.
Sigamos confiando en nuestras autoridades (porque no hay otras).
No hay comentarios:
Publicar un comentario