domingo, 17 de mayo de 2020

Día 169º de la pandemia del Covid-19

Día 169º de la pandemia del Covid-19. Continúo asintomático. Ayer nos llegó la triste noticia del fallecimiento de Julio Anguita. No han faltado las frases de elogio y condolencia por parte de todas las fuerzas políticas dedicadas a un hombre tan singular en la historia de la reciente democracia española. Estos políticos actuales no dejan ni descansar a los muertos, pues parece que ahora se disputen la militancia de tan ilustre persona.


Esa pugna vacía de contenidos las palabras pronunciadas en su honor. Pocos han dicho que el Sr. Anguita fue un personaje progresista y conciliador, militante del único partido entonces, el PCE -que no es Izquierda Unida-, que combatió a la trasnochada derecha que pretendía conservar sus privilegios. Elegido alcalde de Córdoba no por su ideología sino por su personalidad, supo entender el mandato del pueblo y gobernó para todos los cordobeses, sin distinción. Por eso creció su prestigio y se ganó el respeto de todos, porque repartió respeto y dignidad igualmente a simpatizantes que a adversarios.


Qué lejos del ejemplo del Sr. Anguita están los actuales políticos, enzarzados en descalificaciones casi barriobajeras. Difícilmente se ganará el respeto quien califica las últimas protestas como una manifestación de pijos, -que ya se ha extendido a otros barrios de Madrid y a otras ciudades de España, cuidado- despreciando de esta manera a parte de la población sobre la que pretende gobernar. Así solo se consigue divisiones, crispaciones y enfrentamientos traicionando su principal cometido: se gobierna para todos.


Sigamos confiando en nuestras autoridades (porque no hay otras).



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