La historia de las grabaciones en
directo tiene un epicentro. Siempre hay un antes y un después, pero el Made in Japan está por encima de esa
división: es el referente por antonomasia.
Grabar on stage con garantías no estaba al alcance
de todos, porque la tecnología era limitada. Tanto el sonido de los grupos de
rock como las unidades móviles tenían deficiencias. Tampoco era frecuente la edición de este tipo de trabajos. Por aquellas fechas destacaba el Live at Leeds, de los Who
por su vitalidad, sin embargo era un fragmento de un concierto, no estaba
completo.
Programado como un mero testimonio de la
primera gira de Deep Purple por
Japón y para el mercado japonés, se editó un disco doble con siete cortes
extraídos de sus actuaciones, dos en Osaka y una en Tokyo. Hasta que el Live in Japan pasó, precisamente en
diciembre de 1972, a llamarse Made in
Japan e invadió el mercado europeo y americano. Arrasó y se convirtió en el
mejor directo de toda la historia del rock.
Jamás se había podido oír tan bien a
una banda de rock. El desarrollo de los temas ante el público mostraba un
potencial y una alternativa musical que superaban el corsé del estudio de
grabación con creces. Highway Star, Child in Time, Smoke on the Water, The Mule,
Strange Kind of Woman, Lazy y Space Truckin’ conformaban
las siete maravillas de aquel doble vinilo. Ritchie
Blackmore, Ian Gillan, Roger Glover, Jon Lord y Ian Paice, Deep Purple, se consagraron como banda y el Made in Japan como album en directo.
Todo el mundo sabe que esta obra es un
clásico imprescindible. Sigue teniendo repercusión e influencia en la música
del momento. En diciembre de 2006 Dream
Theater, uno de los mejores grupos actuales, rindió tributo a Deep Purple interpretando íntegramente
el Made in Japan.
Han pasado 40 años y
sigue siendo el mejor directo de la historia.