Día 506º de la pandemia del Covid-19. Continúo asintomático y sin vacunar. En lo que llevamos de mes me hago dos preguntas: ¿cuánta
gente se está negando a recibir la AstraZeneca? Y ¿Cómo están evolucionando los
vacunados con ese producto?
Lo mínimo que podemos pedir a la prensa es que informe y que
lo haga con veracidad. Manipular una noticia o evitar difundirla supone dar la
espalda a ese sacro compromiso que contrajo con la sociedad. Porque por encima
de todo su obligación es informar y exigir transparencia a los responsables de
los hechos. Pero henos aquí que nuestra prensa ha decidido en pleno alinearse
con el poder establecido y se ha decantado por una sumisión colaboracionista
que recuerda aquella que sostenía a la dictadura.
Así tenemos una campaña coral que presiona sobre los
ciudadanos para que transijan y se vacunen con ese experimento fallido que es
AstraZeneca. Desde que se retomó la vacunación generalizada las noticias ofrecen
imágenes de gente feliz que sale con el
deber cumplido en beneficio de todos pues ha superado sus miedos y ha
seguido los consejos de esos expertos que cínicamente minimizan los riesgos -o
sea, muertes- ante el provecho general.
Volviendo a las dos cuestiones iniciales, la consejera de
salud de la Comunidad Valenciana ha tenido la desfachatez de decir que todavía
es temprano -y ha pasado más de un mes- para valorar el porcentaje de rechazo entre la gente, dejando de
lado que han sido las propias autoridades españolas, todas a la vez, las que
restringieron la franja de edad -¿es que no es buena para todo el mundo?- e
interrumpieron -sin haber dado todavía ninguna solución a los cientos de miles que recibieron solo la primera dosis- el proceso de vacunación por dos veces -¿por miedo? ¿Por
precaución? ¿Por desconfianza en AstraZeneca?
¿O porque sí tiene informes que así lo prescriben?-. A su vez, en España
ha habido ya cinco fallecidos -más de cuarenta en Europa- y numerosos
hospitalizados, todos reducidos en prensa a reseñas escuetas donde un se está investigando esa posible relación...
parece suficiente para ese coro de colaboracionista.
Finalmente, para enredar la situación quieren utilizar a
favor de AstraZeneca los seis casos de trombosis -ningún fallecido- de Janssen,
cuando lo que están consiguiendo es que la desconfianza general se amplíe a la
vacuna de Johnson & Johnson.
Todavía estoy esperando que alguien desde un medio rompa
este coro del silencio y con fuerza diga claramente que la mayoría de la gente
sí quiere vacunarse… con garantías. Señores del Gobierno y autoridades
sanitarias, esfuércense en conseguir las dosis de las vacunas que sí están
funcionando porque sí hay más opciones de las que -¿intencionadamente?- nos están
proponiendo a la fuerza.