viernes, 30 de octubre de 2015

Cenizas



En el ritual de la muerte las cenizas llaman a las cenizas en un canto inevitable, cíclico, eterno. La pureza del fuego condensa en ingrávida materia gris todos los años de una vida, desde su origen hasta su último suspiro, y los volatiza hasta el alma.

Cuando desaparece alguien querido habrá quien crea que le arrancan una parte del corazón. Habrá quien deje de sufrir finalmente. Y entre todos siempre habrá quien se resista a entender el sentido de este último capítulo de la vida.

No importa que mi muerte carezca de razón. El día que me falte el aliento mezclad mis cenizas con el aire y dejad que el viento me lleve por el mundo, que deposite por todos los rincones mis últimos recuerdos para que puedan descansar esparcidos ya sin memoria propia.

martes, 27 de octubre de 2015

Sexos


         No hace tanto tiempo despareció del carnet de identidad español el apartado donde se recogía la profesión del individuo. Una  acertada medida, máxime en los tiempos actuales porque un ciudadano medio acaba ejerciendo oficios y trabajos muy diversos dependiendo de las circunstancias.

         Todavía este documento registra el apartado dedicado al sexo. Cuando se tiene un hijo la primera pregunta siempre, indefectiblemente siempre, es el sexo, a lo que los padres contestan con determinación. Nadie duda. En cambio se ha demostrado que se tiene no un sexo, sino tres, por lo menos: el biológico, el que uno mismo se reconoce y la tendencia sexual elegida para establecer relaciones. Además en cualquiera de los tres casos, gracias a la tecnología, se puede cambiar a lo largo de la vida.

         Esto simplemente confirma que la distinción de sexo carece de sentido. Somos todos iguales, somos personas y tenemos plena libertad para decidir cómo queremos realizarnos. Aceptemos el sexo como un referente que enriquece al individuo y superemos una tradición que lo ha utilizado para clasificar y delimitar a la gente.

         Seamos consecuentes: el sexo es una elección personal y no una imposición social.


sábado, 24 de octubre de 2015

Estigmatizados


         En sociología un estigmatizado pertenece a un grupo marginal, rechazado o señalado por el resto por cuestiones ideológicas o culturales. No solo se ejerce una clara discriminación sobre estas personas, sino que se les condena al ostracismo y al olvido.

         Cuando una sociedad ha sido partida en dos políticamente y se ha visto forzada a dividirse alistándose unos entre los partidarios del frente a los otros defensores del no se está convulsionando entre estigmas. Se corre un alto riesgo de sufrir un alternante vaivén de estigmatizadores y estigmatizados, desplazándose y sucediéndose entre sí movidos más que por la razón por el rencor.

         Difícil se antoja arreglar una situación en la que una parte se considera poseedora de la verdad incluso por encima de las leyes  y proscribe a quienes discrepen. No cabe duda de que no tienen otra obsesión que estigmatizar y borrar todo aquello que haga sobrevivir el espíritu disidente, por encima de valores éticos y humanos. No tienen en cuenta que actuando así solo confirman que ellos mismos se están estigmatizando pues marginando a la mayoría se marginan a sí mismos. O sí.


miércoles, 21 de octubre de 2015

Ruleta rusa


         En el límite del todo o nada a una jugada la ruleta rusa llega al extremo del desquicio. Una bala, seis recámaras, un giro del tambor, la punta del cañón sobre la sien, se aprieta el gatillo... En 1937 Georges Surdez introdujo este juego en uno de sus cuentos desde donde se extendió por todo el mundo.

         Creemos que exclusivamente lo pueden practicar personas desesperadas que desprecian todo. Sirviendo en bandeja la muerte a su destino se trata de encontrarla en un gesto absurdo, tan fácilmente evitable con tan solo no participar. Sin embargo, es posible que olvidemos que muchos ya hemos puesto nuestras vidas sobre el tapete en alguna ocasión, pese a haber recibido más de una advertencia.

         Seguramente conocemos a alguien que ha perdido la vida en actos como montar en el vehículo de un amigo que ha tomado de más o consumir sustancias de composición desconocida. Se dejaron llevar por el momento ¡cómo no vas a acompañar a un amigo! No estaban desesperados, simplemente cometieron una irresponsabilidad. Una y definitiva.

         No hace falta un revólver ni balas para participar en la ruleta rusa. Existen otras opciones con resultados similares.


domingo, 18 de octubre de 2015

Impuestos


         Desde siempre el mundo de la cultura reclama un menor tipo impositivo para sus actividades, pues las considera de interés general. Todos los intelectuales secundan esta reivindicación señalando que los libros, la música, el teatro o el cine son industrias que benefician sustancialmente a todos. Y no les falta cierta razón.

         El principal obstáculo radica en definir qué es arte y cultura. Difícilmente se puede encontrar literatura en publicaciones como Belén Esteban. Ambiciones y reflexiones o venerar como un clásico el Aserejé aunque se escondan bajo el formato de libro y de música, por poner dos ejemplos.

         Dejando al margen la calidad artística, sabemos también que detrás de un Premio Planeta o de un Grammy se sigue potenciando un negocio con la finalidad de obtener mejores rentas. Con una bajada de impuestos serían las grandes editoriales, discográficas y productoras las que obtendrían mayores ventajas económicas, hecho que les permitiría controlar mejor el mercado y en definitiva imponer al público sus propios criterios estéticos y artísticos más todavía.

         En definitiva. Aunque en origen se puede entender que el artista medio saldría ganando, en el fondo acabaríamos entregándolos a las multinacionales. Vista la situación, aceptemos como mal menor que con los impuestos se contrarrestan las desigualdades, incluso en el arte.

         

jueves, 15 de octubre de 2015

Curanderos


La iridología, la quiropráctica, la fitoterapia o la homeopatía, siendo consideradas como una alternativa a la medicina convencional, todavía no han podido probar estadísticamente su eficacia. Con atribuidos milenios de antigüedad, llevan décadas en la sociedad moderna pero sus resultados no logran despegarse de los índices de los tratamientos placebos. La fe y voluntad de sus pacientes sostienen un negocio solo justificado porque ofrece consuelo al desesperado.

Con nada que perder, estas medicinas extrapolan los males y las enfermedades al entorno de las personas, generando círculos de todo tipo: ambientales, emocionales, habituacionales... desde donde se focaliza el origen de todos los males. Por eso el primer paso de un tratamiento alternativo consiste mediante una adecuada palabrería en ganarse la confianza de un paciente por lo general desencantado, si no desahuciado por los otros médicos.

Hoy nuestros iridólogos, quiroprácticos, fitoterapeutas y homeópatas trabajan con modernas puestas en escena, sofisticados montajes con la tranquilidad que da saber que sus pacientes no tienen cura. Solo un título expedido en oscuros cursillos de dudoso reconocimiento los diferencia de los curanderos, sanadores y santeros. El resto lo aporta el paciente: enfermedad, confianza y mucho dinero.


lunes, 12 de octubre de 2015

Héroes


         Los héroes nos relacionan con el sentido épico de la historia. Dependen absolutamente de la interpretación que se quiera hacer de ellos. Según el biógrafo que elijamos la gloria se transforma en villanía de la forma más caprichosa sin necesidad de mostrar ningún tipo de justificación.

         Muchos países rinden honores a sus héroes porque lucharon por su independencia, vencieron en desproporcionadas batallas e imprimieron una serie de valores al sentimiento nacional. Benditos héroes a los que la historia ha consagrado como dioses, sin hurgar en sus actuaciones más oscuras evitando polémicas.

         También hay héroes defenestrados por distintas causas. Hombres que protagonizaron verdaderas gestas épicas con escasos medios cambiando la historia del mundo. Hoy, sin embargo, se les llama genocidas. Con ellos se comete una lamentable injusticia histórica guiada por el indigenismo.

         Sean los casos de Francisco Pizarro y Hernán Cortés. Mientras el trujillano redujo al inca Atahualpa, vencedor y asesino de su hermano Huáscar, para conquistar el Perú, el de Medellín lideró una alianza de pueblos amerindios para derrocar al sanguinario Moctezuma. Su gran pecado fue transmitir los valores renacentistas al Nuevo Mundo, hecho que cumplieron como verdaderos héroes. No les acusemos de no haber respetado el Convenio de Ginebra de 1929.


viernes, 9 de octubre de 2015

Resucitar


         Nuestra civilización puede presumir de un desarrollo tecnológico impresionante con una proyección en el futuro que sobrepasa constantemente los límites de la imaginación y de la ciencia-ficción. Con todo, cuando se enfrenta a la realidad de la muerte solo puede combatirla prolongando los años de esperanza de vida y aceptarla con resignación filosófica o religiosa, según las creencias del individuo. Sin embargo dentro de la literatura o los textos sagrados sí existe la resurrección o regreso a la vida terrena tras haber pasado por el trance de la muerte.

         Cuando un personaje resucita quebranta la ley de leyes de la naturaleza.  Aunque se encuentren relatos e incluso testimonios relativamente modernos, la razón, totalmente desbordada por la singularidad del hecho, se siente incapaz de asimilarlo porque nunca se ha podido demostrar científicamente.

         Reducida la resurrección a un acto de fe, seguimos teniendo serios problemas para encajarla dentro de un sentido teológico, aceptando por definición una intervención divina. Porque todo resurrecto acaba muriendo una segunda vez, como supuestamente ocurrió con Lázaro, reduciendo el milagro a tan solo una burla momentánea ya que la muerte siempre acaba cobrando su pieza con el rigor acostumbrado.


martes, 6 de octubre de 2015

Soma


Para los felices habitantes del mundo de Aldous Huxley el soma reunía todas las ventajas del cristianismo y del alcohol y ninguno de sus inconvenientes. Ofrecía unas vacaciones de la realidad y volver de las mismas sin siquiera un dolor de cabeza. El soma, la droga perfecta, era el resultado de la investigación durante seis años de dos mil farmacéuticos y bioquímicos al servicio del estado.

El soma en la ficción literaria no tenía más finalidad que apaciguar a sus consumidores. Nuestras drogas reales, no importa que sean legales o ilegales, que sean blandas o duras, activas o placebos, naturales o de diseño, originales o genéricas en cierta medida coinciden con esa idea de apartar a la gente de los asuntos de estado por lo que cualquier debate sobre ellas se plantea de por sí inútil.

Si acaso, Huxley, fantaseando sobre una felicidad dirigida, dejó de lado la terrible tendencia que tiene nuestra sociedad hacia la autodestrucción. Por eso el tráfico de drogas implica poder, corrupción y muchísimo daño en un confuso reparto entre víctimas y culpables. Huxley se equivocaba, no puede existir la droga perfecta.


sábado, 3 de octubre de 2015

Desorden


         Despiertan la envidia aquellos que son exquisitamente ordenados. Tienen cada cosa en su sitio, no hay papel suelto, ni bolígrafo sobre la mesa. Nada se apila sobre nada porque los libros ocupan sus estanterías, la ropa en los armarios y cada prenda en su correspondiente cajón. La gente ordenada no solo ordena sus pertenencias, también su tiempo. Manejan agendas en las que se registra lo que va hacer ese día, esa semana y ese mes. Por horas, por sesiones.

         Otros, en cambio, viven el sobresalto. Soñolientos todavía, cuando las neuronas no más han empezado a removerse con el primer sorbo de café en el desayuno caen en la cuenta de lo que hay que hacer durante el día. Vestirse deprisa, mirar el reloj, buscar las llaves, los documentos, salir de casa... y ya en la calle repasar por si se han olvidado justo lo más importante. Y ¡qué más da! Si ya no hay tiempo para regresar... hay que improvisar.

         Quizá no haya tanta diferencia entre unos y otros. Son distintas formas de combatir el desorden. Sencillamente alteran el momento de la batalla. Los primeros se anticipan y constantemente luchan para no hacerle ninguna concesión. Los segundos, menos constantes, tan solo pactan un acuerdo con el enemigo para evitar el caos: el desorden ordenado o cada cosa más o menos cerca de su sitio.

         Me quedo con estos últimos.