sábado, 28 de septiembre de 2013

Elurología




         Sabido es que los egipcios cedieron seducidos por la misteriosa belleza de los felinos. El historiador griego Heródoto llamó Eluro [αἴλουρος] a un gato adorado como divinidad en el Antiguo Egipto y de él se obtuvo el término para designar esta especie en la lengua clásica. Surge pues una sencilla etimología que nos permite describir y matizar mejor la relación que podemos establecer con los gatos.

         La elurofilia señala la manifestación de amor y cariño especial por los gatos, algo practicado por los elurófilos. En el caso de que sea obsesiva y descontrolada la llamaríamos eluromanía. También están los elurófobos, aquellos que sienten un rechazo inexplicable contra los gatos, es decir, padecen elurofobia.

         La elurosemiótica analiza los códigos de comunicación que tienen los gatos, así como la eluroetología trata de su comportamiento. Su carácter misterioso queda recogido en la eluromancia, o arte de interpretar los mensajes esotéricos que transmiten, aunque también puede hacer referencia a cualquier tipo de superstición relacionada, como puede ser la que envuelve a los gatos negros.

Consultada la Real Academia Española, nos ha confirmado que todos estos términos tienen plena validez en el ámbito científico-técnico. Podemos decir que forman parte de la elurología, o ciencia dedicada al estudio del gato en general.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Karaoke


Entre ser un cantante y un karaokero dista un abismo. El primero cada vez que interpreta se exhibe en un ejercicio de creatividad, tratamiento y propuesta de una canción ante los espectadores. Funciona como un instrumento más que media entre la concepción de la música y su realización. Por contra, el usuario del karaoke, en líneas generales, pretende pasar un rato entretenido reproduciendo aquellas melodías que le resultan familiar, siguiendo un texto subtitulado. Los mejores llegan a una muy buena imitación de sus ídolos, que no de los grandes profesionales.

El mundo de la televisión, ya extendido este invento, ha encontrado un filón en esa ambigüedad artística que lleva a la confusión al público medio incapaz de distinguir los méritos, supuestos, de un intérprete mediocre y el de su propio imitador. Con ello se han recuperado los viejos concursos, potenciados con una espectacular puesta en escena, para descubrir talentos escondidos.

El fenómeno se ha popularizado de tal manera que se emite en muchos países. Gracias a él, cantarines de trazo comercial y escasa formación musical se convierten en jueces y forjadores de voces sin personalidad ni arte. Finalmente, las casas discográficas confirmarán su apoyo o su olvido al vencedor. Puro negocio.





domingo, 22 de septiembre de 2013

Monólogos



En teatro la acción avanza sostenida por el diálogo. Las frases en boca de los actores van sucediéndose todas rendidas hacia un desenlace que compartirán de igual manera escenario y público. Cuando un autor necesita resaltar los aspectos psicológicos de un personaje o de la propia obra utiliza el monólogo. Se recita en soledad no para oír, sino para ser escuchado.

La vida cotidiana, en cambio, nos reserva una tercera vía bastante curiosa: los monólogos simultáneos, mejor conocidos como diálogo entre sordos, donde cada interlocutor encadena sus frases de manera independiente, pese a que en ocasiones, en un alarde de buena educación, se respete el turno permaneciendo en pausa, más que en silencio.

Es fácil comprobar la poca eficacia que tienen estos monólogos disfrazados de diálogo. El texto es reiterativo, no se aprecia ninguna aproximación entre los interlocutores y, lo que es peor, acabadas las intervenciones estamos en el mismo punto de partida. Toda una pérdida de tiempo.

Dos buenos ejemplos de monólogos paralelos: una pareja mal avenida discutiendo y los debates televisivos entre políticos.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Galletas



         Recuerdo que durante mi etapa de estudiante viví un episodio que condicionaría definitivamente mi relación con la política.

         El profesorado contratado se había declarado en huelga indefinida y aproximándose el final de curso el conflicto no apuntaba ninguna solución. Los estudiantes, reunidos en asamblea permanente dirigida por miembros de los partidos de izquierda entonces ilegales, optaron por ocupar las facultades en señal de apoyo a los docentes y en protesta contra la administración. A fin de sobrellevar el encierro se montaron comisiones que se dedicaban a colectar dinero para costear el alimento de los encerrados, la limpieza del edificio, material de publicidad, etc. Recuerdo que siempre se comía y se cenaba lo mismo: un bocadillo de jamón de York con queso.

         Integraba yo, representante de primer curso, el grupo que se presentó ante el Decano de la Universidad para parlamentar sobre la situación. Cuando salimos de la reunión ya se había hecho el reparto de la comida del mediodía, pero, como vocales del pueblo llano, tuvimos derecho a ser atendidos en el aula-almacén de alimentos.

         Y allí, en medio de tanto discurso político, comprobé que además de los previsibles kilos de pan, jamón de York y queso, se escondían otros alimentos más exquisitos y más caros que nunca entraban en los repartos. Me llamó la atención un paquete de galletas rellenas de chocolate de la marca “Príncipe”. Un buen nombre para los que postulaban una República igualitaria.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Cuentos




         Identificados con el mundo infantil, los cuentos, muy lejos de la inocencia con que se envuelven, establecen una compleja relación metafórica entre la imaginación y la realidad. Los cuentos se sostienen sobre una fantasía que permite a los símbolos desplazarse caprichosamente entre el argumento y el contexto para grabarse en el alma de los niños.

         Han sido el recurso atávico de las sociedades para mantener su presente ligado con un pasado prácticamente olvidado. Y en su afán por sellar unos valores imperecederos, los cuentos han simplificado siempre sus fórmulas: los buenos, aquellos que se mueven por nobleza, lealtad y justicia, siempre vencen a lo malos, títeres de la traición, ambición y el egoísmo.

         Todavía existe mucha gente que se cree los cuentos. La mayoría lo hace por no poner a trabajar su intelecto. Los menos, con astucia e intención, porque saben que, reescribiendo la historia de un mundo dividido entre buenos y malos, su versión llegará nítida al corazón de su público.

         Por contra, los escépticos sabemos que en un conflicto no se enfrentan buenos contra malos y que una guerra la pierde el bando que menos ha podido matar y asesinar. Así que no nos presenten la historia como si fuese un simple cuento, que no nos la creemos.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Top-model




Alrededor de estas mujeres jóvenes se mueven cantidades astronómicas de dinero. Se acepta que el mundo de la moda elija sus propios iconos, que los publicite, que los proyecte y que los envuelva de una aureola de divismo. Las firmas comerciales aprovechan ese estímulo para aumentar sus ventas. Ellas, a cambio de fama y dinero, se transforman en objeto. Es parte del juego.

Sin embargo, cuesta mucho poder explicar este fenómeno si además hablamos de la cotización personal de estas top-model. Estableciendo un paralelismo con el mundo del deporte, las grandes estrellas alcanzan sus mejores contratos en función a sus números, sus propios éxitos. Un atleta gana más dinero si rompe records u obtiene medallas. Siempre se toma un referente que fija su cotización.


Estas mujeres, en cambio, propiamente no compiten entre sí por méritos, sino que son exhibidas y expuestas por unos tramados intereses de empresas y marcas comerciales. El alto precio que pagan por su imagen es una pieza más del engranaje. Pobre la que se crea que por sí misma logra ese éxito. El tiempo sobre su cuerpo escribirá la realidad.


 

martes, 10 de septiembre de 2013

Venganza




No hagas a los demás lo que no quieras que hagan contigo. Enunciado como un principio elemental de convivencia, subyace tras esta frase por un lado la contención de una violencia natural y por el otro la legitimación de la venganza. No tiene nada de pacifista ni sirve de referente para fomentar la armonía social.

Si lo que uno hace sobre los demás sirve de justificación para devolverle la acción entramos en una cadena de venganza y revanchismo que solo se detiene con la ley del más fuerte, que en las sociedades desarrolladas es el propio Estado. Pero el Estado moderno, siempre en defensa del individuo, debe hacer prevalecer los derechos de las personas por encima de la venganza. Y ahí encuentra su mayor dificultad para hacerse entender ante sus propios ciudadanos.

La tendencia popular a identificar la actuación de la justicia con la venganza la aleja del objetivo de la ley: la compensación y reparación proporcional al daño causado. Nunca se podrá aceptar la venganza ni el linchamiento, por muy grande y horrible que haya sido el crimen cometido, porque atenta contra la dignidad de la persona.


sábado, 7 de septiembre de 2013

Humor




Frente a los que se sofocan ante cualquier situación en la vida, por nimia que sea, están los que se la toman a broma, incluida la propia muerte. Se ríen de todo o, más bien, parece no importarles nada. Son dos maneras extremas de entender la existencia. Los grandes comediantes así lo han reflejado en sus obras, aunque las tragedias siempre golpearon más directamente sobre su público.

Al igual que en el teatro, podríamos dividir la especie humana entre los serios y trascendentes y los que desarrollan el sentido del humor. Ninguno de los dos cambian la realidad, ninguno de los dos es más efectivo para alterarla. Con todo, al igual que en el teatro, las dos maneras de responder hacen falta.

Al reflexivo y reservado trágico le vienen muy bien esos toques desenfadados, pero necesariamente agudos, para esbozar siquiera una breve sonrisa en los malos momentos. Y es que un comentario divertido, una frase graciosa, una cara risueña no solucionan mucho, sin embargo permiten afrontar la vida con cierto optimismo.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Escuelas



Es frecuente asistir por televisión al espectáculo de la educación en las zonas más deprimidas del planeta. Por recurrir a una imagen tópica africana, una escuela ubicada en un barracón a la sombra de un baobab. Un voluntarioso docente frente a cuarenta/cincuenta niños, amontonados tres/cuatro por pupitre, sentados en el suelo… y una pizarra de 50cm x 30cm. Todos atentos atienden la explicación, todos en orden repiten la lección.

Los niños no se levantan de sus sitios, no se quitan los estuches ni los lanzan a la otra esquina del aula. Comparten los libros, que leen con profundo respeto. Es afuera donde no se respeta la cultura, donde la rivalidades étnicas combustionan en horribles genocidios. Esos niños han visto la sangre en sus hermanos mayores.

A ellos les mueve una esperanza, una promesa de paz y progreso que comienza con su propia educación. A nuestros niños, consentidos occidentales, alejados y protegidos de la explotación infantil, de las matanzas, en cambio, no les mueve nada. Los nuestros alcanzan índices de abandono escolar aterradores. Quizá el mal no esté en regalarles todo lo que pidan, no, el verdadero daño está en que no se les ha enseñado a tener esperanza.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Favores




¡Qué peligro tienen los favores!

Si nos piden un favor nos pueden poner en un compromiso. Quien viene a nosotros nos otorga la facultad de poder darle precisamente aquello que le hace falta. ¡Qué mal quedamos si no hacemos ese favor!

Pero partimos de la base que hacer un favor no es obligatorio, en cambio agradecerlos sí. Una vez recibido un favor debemos corresponder y en la primera ocasión devolverlo. Favor por favor. Así forzamos a que nos agradezcan el gesto y queden en deuda con nosotros. Con ello estamos generando una espiral progresiva de favores y deudas que se rompe cuando un día uno no pide sino que acaba exigiendo al otro un favor. Rota la secuencia, rota la confianza.

Los favores ponen a prueba los límites de las personas con las que nos relacionamos. Por eso con las verdaderas amistades nunca se pide nada a cambio, eso no son favores sino pruebas de amistad, y quienes actúan con prudencia en la medida de lo posible reconocen y evitan los favores interesados.