De igual manera que Utopía es la patria
de las ideas imposibles, Ucronía es el tiempo de los hechos que no sucedieron
jamás. Ambos conceptos, de todas formas, están muy próximos.
La ucronía se nutre tanto de imaginación
como de realidad, completando un rompecabezas imposible, dándole el sentido
elegido a la historia con la salvedad de que se puede reinventar una y otra
vez, en la plena libertad que le permite concebirse fuera de épocas y períodos.
Quizás por eso es eterna, siempre intangible e indemostrable.
Toda ucronía conforma un ejercicio de
ficción para los amantes de las narraciones de ambiente histórico. Sin embargo,
ya fuera del contexto literario, los hay que han llegado muy lejos y a base de
repetir una y otra vez sus versiones ucrónicas, las han maquillado de veracidad,
les han dado una única interpretación y las han grabado en la mente de los
incautos hasta convertirlas en hechos incuestionables del pasado inmediato.
Una vez desfigurada la ucronía pierde
su encanto y queda a merced de la manipulación.