Día 171º de la pandemia del Covid-19. Continúo asintomático. Ayer, aunque era lunes, parecía domingo. Desde primeras horas las terrazas de bares y restaurantes se llenaron a tope en un 50% y así se mantuvieron prácticamente durante todo el día. Al menos eso pasó en mi barrio y delante de mi ventana, porque yo contuve mi necesidad imperiosa de tomarme una cervecita al aire libre. Eso sí, el único bar regentado por chinos que tengo a tiro de vista permaneció cerrado.
Para afrontar esta nueva etapa en la que nos adentramos las mascarillas vuelven a tomar protagonismo. A partir de ahora serán obligatorias en espacios cerrados y en la calle cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad. No sé si lo hacen adrede o es que más torpes no pueden ser. Se han convertido en verdaderos profesionales de la redacción absurda. ¿Por qué condicionar la palabra obligatoria, tan clara y concisa? Cuando dicen calle ¿se refieren a callejuelas estrechas o a las amplias avenidas con una alta densidad de transeúntes? ¿Y un parque, es calle o un espacio cerrado?
Por un lado celebro que por fin se hayan intentado definir una vez más y dado otro paso por normalizar el uso de las mascarillas. Lo que no es plausible es que después de tres meses todavía flote en la redacción de la norma esa indefinición que les desacredita ácidamente. Con los sencillo que es poner un punto y final detrás de obligatorias para despejar todas las dudas. ¡Estos no fueron a clase de redacción! Menos mal que la gente, el público ya despejó esa duda: la gran mayoría del personal, no se ha encomendado a las decisiones del paternal/maternal Estado y circula con mascarillas desde hace mucho tiempo.
Sigamos confiando en nuestras autoridades (porque no hay otras).
Para afrontar esta nueva etapa en la que nos adentramos las mascarillas vuelven a tomar protagonismo. A partir de ahora serán obligatorias en espacios cerrados y en la calle cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad. No sé si lo hacen adrede o es que más torpes no pueden ser. Se han convertido en verdaderos profesionales de la redacción absurda. ¿Por qué condicionar la palabra obligatoria, tan clara y concisa? Cuando dicen calle ¿se refieren a callejuelas estrechas o a las amplias avenidas con una alta densidad de transeúntes? ¿Y un parque, es calle o un espacio cerrado?
Por un lado celebro que por fin se hayan intentado definir una vez más y dado otro paso por normalizar el uso de las mascarillas. Lo que no es plausible es que después de tres meses todavía flote en la redacción de la norma esa indefinición que les desacredita ácidamente. Con los sencillo que es poner un punto y final detrás de obligatorias para despejar todas las dudas. ¡Estos no fueron a clase de redacción! Menos mal que la gente, el público ya despejó esa duda: la gran mayoría del personal, no se ha encomendado a las decisiones del paternal/maternal Estado y circula con mascarillas desde hace mucho tiempo.
Sigamos confiando en nuestras autoridades (porque no hay otras).
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