sábado, 14 de marzo de 2020

Día 105º de la pandemia del Covid-19

Día 105º de la pandemia del Covid-19. Continúo asintomático. Según El País, en España ayer hubo 132 fallecidos por esta causa. La cifra, para mí, ha dejado de ser un dato frío. Uno de esos 132 casos fatales tiene nombre y apellidos porque es un familiar muy próximo. Si hace cuatro días sabía de un amigo de un amigo, ahora la epidemia golpea directamente a mi familia y lo hace con la contundencia menos deseada.


Nuestras autoridades nos piden que evitemos las aglomeraciones. Han cerrado todos los locales de ocio y cultura -como si en las bibliotecas se aglomerase la gente-. Donde sí vi aglomeración fue en el supermercado. Tremendo e impresionante. Especialmente lo del papel higiénico... y rollos de cocina, servilletas, pañuelos, etc. El estante de carne también estaba vacío. El grito de ¡Que no cunda el pánico! se confunde en el aire con el de ¡Sálvese el que pueda! y empezamos a dudar a cuál hacer caso. Da la impresión de que algunos no se morirán de hambre, aunque sí del Covid-19. Menos mal que tendrán suficientes rollos de papel higiénico para amortajarlos como si fuesen momias del Antiguo Egipto.


Y para hoy se anuncia que nuestro gobierno central va a declarar el estado de alarma. Hay que secundarlo, por su puesto. Lo malo que esta crisis, que puede traumatizar a una generación con la misma herida que lo hizo una guerra, no es ni contra un invasor, ni contra una ideología extremista porque no tiene ni cuerpo ni cabeza... es un enemigo invisible que se refugia en nuestro más próximo vecino esperando para asaltarnos al menor descuido.


Sigamos confiando en nuestras autoridades (porque no tenemos otras).

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