Día 201º de la pandemia del Covid-19. Continúo asintomático.
A tres días del fin del mundo según la cultura maya nuestro sistema decimal
para sumar puede que se haya congelado irreversiblemente. Hace 14 días el señor
Simón nos daba la cifra de 27.127 fallecidos, según su recuento. Hoy,
actualizada con las 30 defunciones de la última semana suman oficialmente ¡27.136!
Un número superior a los 27.000 redondos -citado por el señor Sánchez en el
Congreso- a los que piensa homenajear el
Gobierno el próximo 16 de julio. Ya veremos si para entonces la cifra es
todavía menor.
Mientras el Gobierno se vanagloria de que todo lo está
haciendo muy bien, cada vez se hace más necesaria exigir una comisión que
investigue todas las actuaciones habidas en torno a la crisis, tanto bajo la
responsabilidad del Estado como de todas las Comunidades Autónomas. Esto implica
que esta comisión tendrá que ser independiente de todos los partidos políticos
ya que es necesario garantizar su neutralidad si, en efecto, queremos tener
unos resultados y unas evaluaciones válidas para los ciudadanos. De lo
contrario, si esta iniciativa parte desde el corazón del congreso, por
descontado que jamás se esclarecerá nada de nada. Y aquí hay mucha tela que
cortar.
Esto aún no ha terminado. La gravedad de la pandemia se ha
visto potenciada por la globalización. Hay que ser conscientes de que España no
evoluciona aislada del resto del mundo y, por lo tanto, lo que suceda en China,
en Alemania o en Brasil también nos repercutirá.
Sigamos confiando en nuestras autoridades (porque no hay
otras).
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