Día 192º de la pandemia del Covid-19. Continúo asintomático.
Para combatir las desigualdades sociales se debe empezar por la raíz potenciando
debidamente la Educación, la gran olvidada de siempre. Porque durante la
pandemia ha sido una de las más castigada en todos los sentidos, comprobándose
que cuando se hace referencia a ella es pura retórica.
Nuestro presidente ha prometido, procedente de los fondos
europeos -es decir, que no le cuesta a España ni un céntimo-, dos mil millones
de euros, a repartir por Comunidades Autónomas, para hacer frente al curso
2020/21. Lo anunció tratando de contagiarnos de su supuesto compromiso con la
Enseñanza. Una muestra de desfachatez impresionante, porque ya el año pasado, y
sin coronavirus a la vista, desde el sector se solicitaban cinco mil millones que
eran necesarios invertir.
Y sucederá que la mayor parte de esos dos mil millones se
destinará principalmente a los sueldos del profesorado que se tenga que
contratar temporalmente para responder a las condiciones que exige la nueva
(a)normalidad -junto a la higiene y desinfección de los centros, prevención de
riesgos laborales...-. Dinero para salir del paso y poco más. Además, que al
igual que ha ocurrido con el personal de eventual refuerzo en Sanidad, una vez termine su labor estos
profesores contratados serán desviados a las filas del paro irremisiblemente.
Sigamos confiando en nuestras autoridades (porque no hay
otras).
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