Día 200º de la pandemia del Covid-19. Continúo asintomático.
A cuatro días del día D, es decir, el 21 de junio -el día del fin del mundo
según un recalculando de las
predicciones mayas-, la dexametasona se convierte en el foco de nuevas expectativas
como fármaco barato y efectivo que está dando magníficos porcentajes de éxito
en pacientes dependientes de ventiladores.
Y del esperanzador informe venido de Oxford pasamos a Pekín.
De mirar al cielo a poner los pies en tierra, porque en China todo apunta a que
allí está conformándose un repunte de grandes dimensiones. Es mejor tomárselo
así y no esperar a que sus autoridades lo reconozcan o que la OMS se dé por
enterada. Solo con anticipación y firmeza se podrá evitar revivir los peores
días de hace dos meses.
Sin embargo me da la impresión que esta noticia nos vuelve a
coger con el pie cambiado. Aquí la incertidumbre que rodea el reparto de los
16.000 millones de euros aprobados por el Gobierno y destinados a las
Comunidades Autónomas marcará nuevas divisiones. Y para añadir más madera,
ahora nos salta a la cara el término madrileñofobia,
un sentimiento que ya tenían algunos periféricos
desde que la corte se trasladó a Madrid y que ahora rebrota entre paletos y
regionalistas.
Sigamos confiando en nuestras autoridades (porque no hay
otras).
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