martes, 4 de agosto de 2015

Propinas



Las propinas suponen un interesante complemento para los sueldos de ciertas profesiones: camareros, taxistas, mensajeros... el cliente satisfecho premia el servicio y lo compensa económicamente. Están tan arraigadas que quien no deja propina queda en mal lugar.

En su origen las propinas en el sentido actual no existían. El cliente valoraba el servicio recibido y según lo apreciaba pagaba por él. Así pues, sin nómina alguna tan solo se ingresaba la voluntad. Pero hoy, el mundo laboral está perfectamente regulado por convenios, acuerdos sindicales y otras leyes. Los trabajadores cobran sus nóminas al igual que las empresas facilitan unas tarifas por los diferentes servicios. En definitiva, todo está estipulado debidamente y cualquier tipo de trabajo sobreentiende un acuerdo tácito entre las dos partes.

Por la misma razón que jueces, médicos o profesores tienen un compromiso profesional con la sociedad y no complementan sus ingresos atendiendo a los servicios prestados, es evidente que la tradicional práctica de dejar propinas se ha quedado obsoleta.

Imaginemos a los alumnos dejando propina a sus profesores cada vez que finalice una clase. Ridículo. Pues igual para todos.



No hay comentarios: