jueves, 19 de marzo de 2015

Avaricia


Hay refranes que deberían actualizarse porque por mucho que transmitan un saber popular la realidad los condena al desfase. Como por ejemplo el que se refiere a la avaricia. En vez de romper el saco hoy podemos denunciar que desfonda a la banca que cobija los ahorros de la clase media, roba a los humildes y arruina al país entero.

No podemos aceptar justificación alguna. Ni siquiera una mínima concesión a una naturaleza humana tentada a dar placer sin límites a su ambición. Estos nuevos poderosos sin escrúpulos se enriquecen con fabulosas cifras, manejan fortunas incalculables y disfrutan de un ritmo de vida de espaldas a la ética más elemental. Acaparan tanto que necesitarían varias vidas para poder disfrutarlo.

         No existe cárcel lo suficientemente justa para ellos porque nadie les reclama los verdaderos daños que provocan. Condenados -solo los que caen- por engaños y estafas, en cambio, ni devolviendo el dinero acumulado satisfarían su deuda con la sociedad. Por sus crímenes hoy tenemos una generación empobrecida y una juventud triste y desilusionada.



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