Si observamos el trato que reciben los
jeques y su cohorte de mujeres, familiares y acompañantes durante sus viajes a
Europa y lo comparamos con el resto de emigrantes que proceden del Norte de
África o del Próximo Oriente llegamos a la conclusión de que más que racismo o
xenofobia lo que hay es aporofobia o rechazo a los pobres.
Estos ricachones, ya vestidos con su
tradicional khandora ya trajeados a
la moda occidental, son bienvenidos en hoteles y tiendas de lujo. Para todos
los comercios es verlos llegar y rebosar hospitalidad. Salen a la calle a
recibirlos, los acompañan en todo su recorrido, exigen las máximas atenciones
por parte de sus empleados y servilmente agradecen la visita que, en efecto,
tantos beneficios económicos reconforta.
Pero nadie quiere que le visiten pobres
emigrantes. A estos se les cierran las puertas, se levantan alambradas, vallas
y hasta muros. Se les mira de reojo, y desde el primer momento se les prejuzga
como delincuentes. Siempre como respuesta injusta a sus condiciones forzadas en
un mundo de desigual y desproporcionado reparto.
Tanto unos como otros tienen los mismos
rasgos físicos, proceden del mismo lugar y siguen al mismo profeta. ¡Qué
poderoso es el dinero!
1 comentario:
Poderoso caballero es don dinero!
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