sábado, 19 de julio de 2014

Inmejorable

  
         Por encima de lo idóneo, lo óptimo y lo mejor de lo mejor está aquello que ya no se puede mejorar: lo inmejorable.         

Podríamos interpretar que detrás de alcanzar algo inmejorable hay una fuerte satisfacción, una sensación de haber logrado lo imposible, aunque también un cierto tono de conformismo ya que si celebramos un acierto cualquiera calificándolo de inmejorable en el fondo estamos renunciando a buscar otras opciones más adecuadas.

         Sea cual fuere el sentido que le demos a la palabra, la verdad es que se echa de menos un adjetivo que le corresponda como antónimo directo, ya que estrictamente mejorable, lo que se puede mejorar, lo es.

         Se trata de encontrar un término que califique aquello que sea tan malo que peor, imposible. Con una sola palabra. Y ahí el léxico popular se detiene y reconoce que no, que no se encuentra entre los millones de palabras que componen nuestro idioma un vocablo que designe aquello que ya no puede empeorar más, dejando abierta la idea de que siempre existe algo todavía peor.

         Será que cuando nos encontramos mal, basta echar un vistazo por los alrededores y fácilmente encontraremos a otro que esté peor que nosotros. Y este, a su vez, sin esfuerzo se consolará al ver a otro peor todavía. Un consuelo... de tontos.

1 comentario:

Ledesoh dijo...

Calderón dejó está preciosa décima:

Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?;
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.