sábado, 28 de septiembre de 2013

Elurología




         Sabido es que los egipcios cedieron seducidos por la misteriosa belleza de los felinos. El historiador griego Heródoto llamó Eluro [αἴλουρος] a un gato adorado como divinidad en el Antiguo Egipto y de él se obtuvo el término para designar esta especie en la lengua clásica. Surge pues una sencilla etimología que nos permite describir y matizar mejor la relación que podemos establecer con los gatos.

         La elurofilia señala la manifestación de amor y cariño especial por los gatos, algo practicado por los elurófilos. En el caso de que sea obsesiva y descontrolada la llamaríamos eluromanía. También están los elurófobos, aquellos que sienten un rechazo inexplicable contra los gatos, es decir, padecen elurofobia.

         La elurosemiótica analiza los códigos de comunicación que tienen los gatos, así como la eluroetología trata de su comportamiento. Su carácter misterioso queda recogido en la eluromancia, o arte de interpretar los mensajes esotéricos que transmiten, aunque también puede hacer referencia a cualquier tipo de superstición relacionada, como puede ser la que envuelve a los gatos negros.

Consultada la Real Academia Española, nos ha confirmado que todos estos términos tienen plena validez en el ámbito científico-técnico. Podemos decir que forman parte de la elurología, o ciencia dedicada al estudio del gato en general.

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