miércoles, 22 de mayo de 2013

Distancia




Dicen que la distancia acaba matando amores, porque el cariño se sostiene en el recuerdo y el tiempo lo barre con el olvido.

Muchos romances no llegan a cuajar debido a la distancia. Si ninguno de los dos renuncia a su punto de origen, esa relación está condenada. Quizá la distancia no sea propiamente la causa de la ruptura, sino las prioridades de cada uno.

Pero la verdadera distancia, la que hace daño, no necesita alejar cuerpos en el espacio. La distancia más peligrosa es la que desune almas. Y esta dañina distancia se cultiva tras los silencios, la monotonía y la rutina. Y madura con la incomprensión y las diferencias hasta conseguir que se miren frente a frente, cara a cara dos desconocidos que una vez se quisieron.

La distancia que separa a quienes se aman no se calcula en kilómetros, se mide por el calor que los confunde.

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