martes, 28 de mayo de 2013

Asignaturas




Los programas educativos han recogido y recogen un sin fin de asignaturas que se consideran imprescindibles para la formación de los futuros ciudadanos. Lamentablemente, el actual reparto refleja la lucha histórica entre intereses y necesidades que ha acabado viciando nuestro sistema. Y más lamentable es todavía que cada vez que se aprueba una Ley de Educación se renuncia a poner orden en esta amalgama de disciplinas.

La democracia española nunca ha tenido el valor suficiente para aplicar el supuesto principio aconfesional de nuestra constitución para delegar la enseñanza de la religión católica a las parroquias y a las familias. La asignatura de Religión ha coexistido en las diferentes leyes con Ética, Alternativa a la Religión, Estudio asistido… y ahora, como nueva propuesta, con Valores Culturales y Sociales y Valores Éticos, aunque no queda muy claro la relación que se establecerá con estas dos opciones.

Mantener la asignatura de Religión es aceptar el adoctrinamiento de los alumnos, impulsar principios teocráticos radicales y consagrar un inmovilismo ideológico incapaz de responder a los cambios que toda sociedad en constante evolución exige.

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