martes, 3 de diciembre de 2013

Prestar


         La retahíla de prohibiciones que envuelve cualquier producto de contenido audiovisual es interminable. Si mal no recuerdo, en la época en que el cassette era lo único que permitía la copia ilegal de música, la leyenda que recordaba el cumplimiento de la ley decía: queda prohibida la reproducción pública, venta, alquiler o préstamo... y poco más. Dejando a un lado esas indicaciones, a las que nadie hacía caso, una redacción más acertada hubiese sido: ...y queda desaconsejado el préstamo si usted quiere seguir siendo el propietario de este producto.

          No cabía el riesgo a una sanción por parte de las autoridades, porque no la había. En cambio, por prestar un disco o un libro... la sentencia se cumplía irremisiblemente. Con certeza estadística prestarlo equivalía a perderlo. Hoy esta ley no escrita mantiene su vigencia. Sea el objeto que sea: libro, CD, DVD... todo desaparece una vez consumada la cesión. No se devuelven las cosas y, en cambio, prestar lo prestado refuerza el carácter comunitario de algunos.
 
Para evitar posibles disgustos, si un buen amigo te pide algo prestado, toma nota, lo compras y se lo regalas para su cumpleaños. Así conservarás siempre su amistad y algo más.

 

 

No hay comentarios: