Del griego tomamos palabras de
significado categórico: abarcan el concepto en su grado absoluto. El caos, por ejemplo, es el desorden universal,
que se opone, siempre bajo el pensamiento de la antigüedad clásica, al cosmos, el orden completo.
Cosmos y caos, como acepciones, han tenido una trayectoria totalmente
diferente, hasta perder su propia relación de antonimia. Hoy sobre el caos recae un significado maldito,
anatemizado que dirigido a los ideales sociales intencionadamente se ha
politizado. Con el caos social
amenazan en caso de perder el poder quienes lo ejercen. Un caos apocalíptico que a falta de gobernantes gestaría una anarquía
generalizada, dando nombre a su terrorífica profecía.
Esa malintencionada identificación
entre caos y anarquía no es casual. Porque
el anarquismo rechaza el orden impuesto por las jerarquías y propone una
sociedad asentada en la educación y la responsabilidad. Demasiado peligroso
para quienes solo piensan en gobernar, teniendo en cuenta que su autoridad se
dirige a un colectivo sumiso y obediente. Perderles el miedo y el respeto, eso
sería su caos.
1 comentario:
Dicen algunos que dicen que saben, que esta obra es una alegoría del miedo al perder el poder. Disfrutad de ella http://www.museodelprado.es/coleccion/galeria-on-line/galeria-on-line/zoom/1/obra/saturno-devorando-a-un-hijo/oimg/0/
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