viernes, 12 de julio de 2013

Rupturas




En muchas ocasiones con una ruptura se pone punto final a una relación. Se rompe con aquella persona con la que, hasta ese día, se compartían los momentos más importantes de la vida. Una ruptura conlleva decisión.

El dolor de una ruptura podría superarse al olvidar más o menos de forma inmediata a la otra parte. La sensación de traición, el odio y la venganza suelen acompañarlo. Precisamente ese es un error demasiado extendido. La verdadera y definitiva superación de una ruptura consiste en repartir entre los dos proporcionalmente qué generó y facilitó la realidad que acabó siendo insostenible. Una ruptura efectiva debe saber discernir los aspectos decisivos y proponer una respuesta para que no se repitan. De este modo, tanto si se hizo como si se consintió algo que no se debía haber permitido, en el propósito de cambio debe incluirse todo aquello que agrietó la convivencia.

Se desaprovecharía la experiencia de esa relación acabada si se pensase que la libertad regresa sin más en el instante en que se decidió dejar de ver a la otra persona. De ser así, acabarán reproduciéndose las mismas situaciones no deseadas una y otra vez. Tras una ruptura quedan el futuro y una persona más curtida y con nuevas ideas.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Me viene al pelo esta entrada:
http://lgeb.bandcamp.com/track/ruptura

Fran