Comunicativa sincronía del
movimiento de los ojos que transforma la percepción en expresión. La mirada se desplaza más rápida que la
palabra, evita las perífrasis y atina con precisión su significado.
Las miradas
no mienten pero sí confunden. Las miradas
interpretan y traducen los sentimientos. Con la mirada se abren corazones para ofrecer cariño y ternura y por igual
reclamarlos. Hay miradas que
recorren el cuerpo y lo acarician y a distancia lo desnudan. Se diferencian las
lascivas de las inocentes porque se responde a las unas con miradas provocativas, a las otras con miradas cándidas.
Con las miradas
nos relacionamos: hay miradas
desafiantes, despreciativas. Hay miradas
que se cruzan con miradas. Pueden
ser miradas fijas y directas,
altivas y penetrantes, incluso agresivas. Hay miradas que matan o no llegan a tanto, perdonan. Y también se puede
mirar de reojo, soslayadamente. Miradas
furtivas que no sostienen el intercambio de miradas, en pleno duelo de miradas.
Miradas escondidas, tímidas.
Dos ojos, un gesto y mil mensajes: miradas.
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