jueves, 4 de abril de 2013

Páginas




La vida se escribe por páginas. Y entre todas se conforma nuestra biografía. Queda el gran pulso entre nuestra voluntad y el destino para saber quién es realmente el autor.

Se abre una página cuando la vida da un giro y cuantas más experiencias vivamos reuniremos más páginas para nuestro relato. Y cuando una historia no da más de sí, también hay que saber pasar página. Hay quien ordena las páginas por sus colores, donde quizá las páginas pasadas en blanco sean peores que las páginas negras. También hay páginas ya marcadas con renglones, donde el texto se escribe encasillado y falto de libertad; frente a esas páginas caóticas, en las que las palabras se precipitan hacia el margen apurando hasta el último resquicio de la superficie del papel. Pero son las páginas en las que escribimos nuestras relaciones con las personas que más nos importan las que tienen mayor densidad.

Día tras día nos prestamos al ejercicio de escribir una nueva página que se oree con propósitos e ilusiones y los transforme en realidades. Y así, página tras página podamos escribir nuestra vida. Hasta llegar a esa página donde se recoja nuestro tenue último aliento. Esa será nuestra última página.

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