martes, 26 de marzo de 2013

Posesivos




Mío: la gramática clasifica esta palabra como posesivo y la incluye en el mismo grupo que tuyo, suyo… La gramática no entiende de realidades.

Para algunos solo existe lo mío, lo que pertenece a la persona que habla, y con lo mío no se juega. Para estos poseedores, lo tuyo también puede ser mío, y lo suyo ya no digamos… seguro que es mío. Todo es factible de convertirse en mío. Y además lo mío nunca deja de ser mío.

Si con los objetos el uso del posesivo marca un rasgo egocéntrico, con los seres humanos ya declara un egoísmo patológico. El posesivo define  a las personas que uno va conociendo a lo largo de su vida: mis amigos, mi novio, mi marido, mis hijos… incluso cuando ya no es mi sigue siendo mi: mi ex-novio, mi ex-marido, o el brutal mi ex-pareja, culpable de tanta violencia de género.

Aceptemos que todos podemos poseer objetos y bienes, aceptemos incluso que el respeto a esta posesión garantiza la estabilidad en la sociedad; sin embargo, no confundamos a los humanos con las cosas: cuando utilicemos mi o mío con los que nos rodean, hagámoslo gramaticalmente y recordemos que nadie es de nadie. Que mío ya no significa poseer, ahora significa compartir.

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