En algunas ocasiones tratar de poner orden en los
sentimientos llega a ser tan complicado como desenredar una madeja de varios
hilos.
Las relaciones sentimentales pueden discurrir
apaciblemente, ser un remanso de estabilidad emocional hasta que se cruzan
accidentalmente otras personas y se desmontan. No son ni sustitutos ni alternativas… son
confluencias vitales, todas con origen y motivos independientes que el destino
caprichosamente hace coincidir en un determinado periodo de la vida.
Quien se encuentra en
medio de este revoltijo de inquietudes, lejos de recibir ayuda, es señalado y
condenado por los hábitos sociales más tradicionales, sumiéndose en una total
incomprensión.
La madeja, porque en
verdad se trata de un enredo sentimental, al final es insostenible y se
resuelve por el punto menos esperado la mayoría de los casos. Aun así, siempre
deja profundas marcas en el recuerdo de quien la ha vivido.
1 comentario:
¡¡Me encanta!!
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