Entre las cualidades más estúpidas que definen al
ser humano está el orgullo.
El orgullo
constituye el mayor obstáculo a la reflexión y al diálogo. Por desgracia para
el ignorante, se utiliza como un eufemismo que le permite confirmar su forma de
ser, su postura ideológica y sus principios sin tener que dar más explicaciones.
Pero quien defiende su orgullo se maniata, se esclaviza y sucumbe ante su propio peso. Al
fin y al cabo, manifestar el orgullo
es un ejemplo de petulancia, soberbia y en muchas ocasiones amago de defectos . Por orgullo no se
rectifica, no se reconocen errores… por orgullo
se pierden oportunidades.
Hay que reconocerlo, el orgullo es un estorbo, nunca un ideal por el que luchar.
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