miércoles, 16 de enero de 2013

Libertad de expresión




La libertad de expresión, en su sentido más directo, implica que el mismo derecho que ampara a una persona a expresarse libremente también da pie a otras para que puedan expresar las ideas contrarias. La libertad de expresión se sostiene sobre la reciprocidad. De lo contrario ya entramos en el terreno de la imposición.

Son los credos, las militancias y el sectarismo ortodoxo los principales enemigos de la libertad de expresión. En sus principios se cercena cualquier opción a la heterodoxia ya que la amenaza de la herejía y el anatema sobre el disidente conlleva su exclusión fulminante.

Una sociedad plural ideológicamente debe ser consecuente y aceptar en su seno las libres interpretaciones que se dan a los temas más trascendentes. Es la mejor manera de dar cabida a un análisis sin prejuicios y, por lo tanto, mantener activa una postura progresista.

Que no se confundan líderes, ni cabecillas ni gerifaltes y que nadie legitime como única opción su propia libertad de expresión.


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