lunes, 28 de enero de 2013

Disculpas



A las responsabilidades inherentes del ser humano hay que añadir aquellas que va adquiriendo en función de sus relaciones, progresión y jerarquía social. Ante la ley, el individuo siempre es responsable.

En este mundo imperfecto cualquier persona, aun concediéndole un margen de error, ha de responder ante los fallos que cometa. El juicio, para que sea justo, debe aceptar el pliego de descargo del acusado.

Pero no confundamos: las disculpas se presentan cuando hablamos de justificar equivocaciones, de razonar los motivos que llevaron a una actuación incorrecta; nunca existe disculpa para el delito cometido sobre la confianza y las esperanzas de los demás.

De ahí que para quien se haya aprovechado de su cargo por su propio interés no valen las disculpas. Su obligación es dimitir y en función de la gravedad de los hechos someterse al rigor de la ley.

Señorías, no se aceptan sus disculpas.


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