viernes, 19 de diciembre de 2014

Poesía


Cuando las palabras afloran desde la intimidad en forma de versos y despojadas de pudor en la sonoridad de una estrofa alcanzan el silencio del espíritu encontramos la poesía. Todo poema es una cajita de nácar donde se guardan perlas, venas de oro, zafiros y rubíes envueltos de mil metáforas y diez mil hipérboles para desafiar al infinito.

El arte de la poesía da vida a una intangible quimera que tras escapar fugitiva del poeta duerme entre las páginas de un libro esperando que una cálida voz entone y recite los versos.

        El texto poético parafrasea la realidad para trasgredir los sentimientos. Desde ahí la belleza se impone y se rinde la razón resonando entre aliteraciones, retruécanos y anáforas en melodía con ritmos y rimas. La estética del verso logra sobrepasar la intención del poeta eternizándose en la interpretación de cada lector. Es un hechizo milenario que no conoce de edades ni generaciones.

¿Y entonces qué es la poesía? ¡Qué pregunta! La poesía es simplemente la poesía.



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