Revisando el sistema de estudios que
rige en Finlandia llegamos a la conclusión de que aquí hay algo escondido. Desde
2003 el sistema educativo finlandés encabeza el informe PISA recibiendo elogios
y postulándose como ejemplo para otros países. La clave de la interpretación de
las cifras está en parámetros de referencia centrados exclusivamente en la
Primaria y su profesorado sin tener en cuenta otros aspectos relevantes.
En el país nórdico la escolarización
empieza a los 6 años y acabada la etapa obligatoria, pese a que su sistema
presume de los mejores profesionales y de una baja tasa de abandono escolar,
solamente el 20 por cien de los graduados en Bachillerato acceden a la
universidad. Ya dentro del ámbito universitario, salvo la Universidad de
Helsinki, 35000 estudiantes, que está muy bien valorada, las demás fondean entre
la mediocridad general.
Con estos datos, se hace sospechoso que
constantemente se cite el sistema finlandés como modelo, pues de ser aplicado
en España supondría desatender a unos dos millones de estudiantes, entre niños
y adolescentes, además de la centralización absoluta de los estudios
universitarios de élite en una única universidad.
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