Un reciente estudio de la OCDE señala
el sistema español de educación es uno de los que más penaliza a sus alumnos
con tareas para casa. Como consecuencia, los niños españoles empiezan a
presentar síntomas de ansiedad y necesitar asistencia psicológica. Con todo, el
sistema registra uno de los índices más altos de Europa de fracaso escolar.
Esta herramienta no está respondiendo
de la manera deseada. Algo falla y gravemente. Las cifras invitan a la
reflexión. Los deberes se introdujeron como complemento de apoyo a las horas de
clase.
Una vez más se incrimina a los
profesores haciéndolos responsables del fracaso de un sistema educativo
modelado por demasiados intereses. No se denuncia el disparatado número de
asignaturas que componen un currículo diseñado desde el Ministerio e intencionadamente
se omite que son los padres los que sobrecargan el horario de sus hijos
matriculándolos en todo tipo de actividades extraescolares. Además hay muchos alumnos que se justifican cumplimentando mecánicamente los deberes en lugar de atender en
clase y estudiar.
Habrá que retomar cierta coherencia
inicial: intensificar la atención en el aula y deberes los justos.
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