Cuando los que huyen de Siria dejen de
acaparar las portadas de los periódicos y las televisiones seguramente sus
graves problemas no se hayan solucionado. Igual sucede con los subsaharianos
que tratan de saltar la valla de Melilla o los que prueban entrar en el Reino
Unido por el túnel del Canal o los tunecinos y libios que flotan por Lampedusa
o...
Los medios de comunicación están
orquestando la información. Dudo ya que sea al servicio de la noticia.
Constantemente ofrecen unas dramáticas imágenes del caos del dolor que
despiertan la reacción más humanitaria entre la sensible ciudadanía que
responde con otro caos, el de las ayudas solidarias. En paralelo más caos, las guerras
internas que destrozan a los países por un lado y la intervención de las potencias,
cada una por sus propios intereses, por el otro.
A todos estos anónimos protagonistas
Juan José Millás prefería llamarles refugiantes.
Refugiado propiamente refiere al que ha encontrado refugio, es decir, que ha
logrado un sitio donde estar a salvo. Pero aquí, lo sabemos, se está muy lejos
de dar con la solución. Ellos siguen huyendo del terror; ellos, por lo tanto,
siguen siendo refugiantes en nuestra conciencia.
1 comentario:
Así lo comenta Juan José Millás
http://www.farodevigo.es/opinion/2011/03/04/incidencias-lengua/523816.html
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