miércoles, 29 de julio de 2015

Mosquitos


         La humanidad desde que abandonó las cavernas asumió el reto de dominar la naturaleza. Un objetivo que en algunos casos dista lejos de conseguirse, como sucede con los mosquitos, los verdaderos dueños de la noche.

         Hay que admirarlos en muchos aspectos. Desde su insignificancia y fragilidad generan el máximo odio. Transforman una apacible noche de verano en una verdadera batalla campal. Son especialistas en disipar el sueño y provocar el más profundo insomnio gracias a su vuelo de trompetilla. El concierto empieza con un ruido agudo que se escucha perdido casi imperceptible hasta que se confirma en su esplendor cuando roza los oídos con toda desfachatez.

         Encomiable resulta su trabajo en equipo. Pocos lo reconocen pues no se consideran insectos sociales. Error. Tienen el mejor sistema de sustituciones conocido. Si durante el combate nocturno sufren una baja, que nadie cante triunfo, porque a los pocos minutos ya está en su sitio un sustituto con una nueva trompetilla. Además organizan un despliegue impresionante llegando a colocar un individuo no solo por cada una de las habitaciones de la casa, sino por todas las casas de la población.


         Al día siguiente los pobres humanos repasan los picotazos en las zonas más insospechadas, que incluyen desde los párpados hasta las plantas de los pies. Nadie puede con ellos.

3 comentarios:

Luis dijo...

¡Magistral! ¿Dónde te picaron hoy?. Creo que el peor de los sitios es entre los dedos de los pies. Es semejante a la peor de las torturas.

Ledesoh dijo...

¡Buen sitio! Sé de uno que le picaron por dentro de la nariz... ¡horrible! A mí me han picado últimamente en la yema del dedo gordo de la mano derecha y se hace muy molesto.

Luis dijo...

Hice el gesto de rascarme la yema del dedo gordo y, sinceramente y sin quitarte mérito al soportar tal sufrimiento ¡es el mínimo esfuerzo! :-)))