Nuestra delicada memoria solo fija en
el tiempo el nacimiento y la muerte. Lo que sucede en el medio se desordena
cronológicamente y no de forma aleatoria. Porque los recuerdos tienen un hilo
temático que los va conectando entre sí siguiendo una isotopía textual que pasa
por fases según los estados de ánimo.
Sucede de forma más evidente a la hora
de narrar las relaciones amorosas. Desde el cómo
os conocisteis hasta y eso fue el
final puede haber un largo número de situaciones, anécdotas y experiencias.
En conclusión, se salta de secuencia en secuencia presentadas con un “una vez” pasando por “otra” hasta que el relato toma la
directa y en una intensiva relación de momentos llega el epílogo definitivo.
A muchos les gusta defender la historia
con un “fue bonito mientras duró”,
suavizando un triste final. Mas la vida es una pequeña novela donde los
capítulos van recolocando a los personajes a la vez que avanza el argumento.
Por eso, tras una traición, lo que previamente había sido felicidad aquello
luego se entiende como un engaño.
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