martes, 14 de julio de 2015

Esteparios



La inmensidad de la estepa siberiana acentúa el sentimiento de soledad. Una, la del estepario, de las muchas y diferentes soledades que existen. En esta, el individuo toma conciencia de que llega al mundo solo, vive solo y muere solo. La tradición aporta la visión del grupo, la familia o el compañero vital, que en el fondo, para todo estepario no dejan de ser extraños espejismos que deforman la propia soledad.

La soledad esteparia se gesta desde el alma siempre solitaria. Un estepario puede implicarse con la gente que le rodea, puede dedicar su vida a ayudar a los demás e incluso compartir un intenso amor, porque un estepario ni es egocéntrico ni egoísta. Un estepario no está reñido con la existencia ni tampoco con el resto de los humanos; simplemente un estepario reconoce su individualidad totalmente aislada.

Para un estepario su soledad tan solo es una parte de su naturaleza. Ella le da las fuerzas para seguir viviendo, la libertad para moverse y la máxima responsabilidad para responder por sí mismo. Es lo único que hace falta para sobrevivir en la inmensidad de la estepa siberiana.


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