viernes, 5 de junio de 2015

Contentar


De transmitir esperanzas de mejora a contentar a todos hay una gran diferencia. Antes suenan las palabras y después se presentan los hechos. Y casi siempre les separa una importante distancia.

En materia de gobierno la peor política sin duda es la que pretende contentar a todos. En una sociedad como la nuestra, desigual y plural, donde los ciudadanos forzosamente convergen en una convivencia de ideologías enfrentadas e intereses opuestos, no se puede contentar a todos y, si me apuran, ni si quiera a una amplia mayoría.

         En España los nuevos partidos aglutinadores de desencantados e indignados abanderan una propuesta ambigua e imprecisa donde quieren dar cabida a todas las críticas orquestadas en un acoso y derribo para cambiar el gobierno.

         Ahora ya viendo su objetivo casi en sus manos deberán transformar su indefinido discurso en decisiones y acciones. Y si insisten con su idea de contentar a todos comprobarán que en materia de política caerán en las contradicciones y sinsentidos y por consiguiente provocarán el descontento generalizado. Porque el que quiere contentar a todos no contenta a ninguno.


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