Biológicamente la vida se define como
un proceso donde el ser nace, crece, se multiplica y muere. No se especifica
que hay muchos que se saltan un paso intermedio e incluso dos. Por lo tanto
entre los dos accidentes vitales definitivos, nacer y morir, pueden suceder
muchos imprevistos. Son los ingredientes de la vida.
A lo largo de la vida se cometen
errores, se sueñan imposibles y se sufren frustraciones. Contra esto solo
tenemos una herramienta de difícil manejo, los aciertos, que se nutre del
aprendizaje, la cautela, la moderación y las sabias rectificaciones. Estos
cuatro ingredientes (errores, imposibles, frustraciones y aciertos) deben
removerse aleatoriamente con circunstancias y golpes de fortuna, buena o mala. Se
aderezan con toques de amor y sentimientos y con mucha suerte puede que le
encontremos hasta sentido.
Eso es la vida, un conjunto de
ingredientes que se combinan sin ajustarse a receta alguna, que no hay cocinero
que los pruebe antes de llevarlos al horno y una vez horneados salen como salen,
sin más. Así que cada uno disfrute de su ración porque aquí nadie repite.
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