lunes, 12 de enero de 2015

Conspiraciones


         Quizá por debajo del Gran Arquitecto del Universo se haya desarrollado otro ente con suficiente capacidad y poder como para dirigir el destino de la humanidad. Son muchas las casualidades y demasiadas las sospechas como para descartar de sopetón la teoría de la conspiración universal.

         Todo lo que sucede debe tener una explicación. La Historia se sumerge y bucea entre millones de documentos para poder ordenar y justificar los hechos más trascendentes. Pese al esfuerzo unido de todos los historiadores habidos desde la antigüedad, la humanidad sigue entendiendo que se le escapan demasiados detalles para completar este cuadro. Por eso es fácil caer en la tentación de unir y encadenar los acontecimientos marcando una única dirección, diseñada y establecida por un anónimo ser.

         El ejercicio se presta a ser un juego, hasta descubrir a ese sumo director de la humanidad. Pero no, no aparecerá porque los partidarios de la teoría conspirativa rastrean entre estados imperialistas, poderosas multinacionales e instituciones secretas. Y no, no lo encontrarán porque olvidan la naturaleza del ser humano.

         Y es que las verdaderas fuerzas que han diseñado la historia son tan profundas e incontrolables como la ambición, la avaricia, las ansias de poder... todas ellas grabadas en nuestro ADN, el máximo conspirador genético de los organismos.


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