Uno se desamora lentamente cuando esos
pequeños detalles dejan de tener gracia, cuando los nota aburridos, repetidos,
cuando ya no bastan para sentir el amor. Uno se desamora cuando esos pequeños
detalles no importan y empieza a pedir grandes cambios.
El desamor llega a traición cuando uno
de los dos fuerza a entender la realidad de otra manera, de la manera que antes
no quiso verla. No es que las circunstancias hayan cambiado porque todo sigue en
su rutina. Lo que cambia es la perspectiva, la manera de mirar, la manera de
reclamar y que el otro no sabe dar ahora lo que nunca antes había dado.
Uno se desenamora con tristeza porque está
cansado, porque ya no siente una reciprocidad. A veces no ha sabido amar, a
veces no ha sabido pedir el amor. El caso es que previamente al desamor está el
silencio, la distancia, y si uno no es capaz de percibirlo esa historia empieza
a escribir su fin.
Uno se desenamora cuando el camino
vivido ya no sirve para anunciar un futuro compartido.
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