viernes, 5 de septiembre de 2014

Errores


        El sentido del humor con que entendía la vida Edward A Murphy se tradujo en una de las leyes no científicas más populares de la historia de la humanidad: lo que pueda salir mal, saldrá mal. La Ley de Murphy tiene una estrecha relación con la Teoría del error inicial que sostiene que algo que va mal fallaba incluso antes de empezar.

        La idea no va desencaminada. Pongamos el caso de esa gente que llega tarde a todos sitios. Además el retraso es acumulativo. Siempre va de prisa, acelerada, pero llega tarde igual. Es evidente que el error inicial estuvo en la hora de salir de casa. Por uno u otro motivo se produce todos los días, en todo momento y parece que sea algo irremediable, pese a que los malos hábitos son corregibles.

        No difiere el caso de aquellos cuyas relaciones sentimentales van de tumbo en tumbo y decepción en decepción. Siempre se enamoran de la persona equivocada y tras el fogonazo inicial el desencanto llama a la ruptura. Y volver empezar. Aquí también podemos aplicar la Teoría del error inicial porque seguro que el fallo principal está en su manera de entender el amor.


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