miércoles, 2 de abril de 2014

Invisibles


         Dentro de la literatura fantástica y de ficción el relato del hombre invisible incita a la imaginación en todas las direcciones. Aunque el personaje de HG Wells tiene numerosos antecedentes literarios, en todos la invisibilidad permite a quienes la disfrutan aprovecharse de las circunstancias, indistintamente de que sea con fines lícitos o no.

         Sin embargo existe otro tipo de invisibilidad no tan deseado. Me refiero a aquellas personas que están, viven y pasan por delante de nosotros y no las miramos, no les hacemos caso, no sabemos nada de ellas. Son físicamente anónimas que pasan desapercibidas porque no sobresalen en ningún sentido del resto. Para ellas, la mayoría de las veces no es una ventaja sentirse ignoradas, al contrario. Se ven desplazadas, se sienten insignificantes y se torturan pensando que nadie notaría su ausencia si llegase a producirse.

         Quizá se hayan acostumbrado a llevar su existencia en esa especie de clandestinidad por no tener presencia ante el resto. Pero no es cuestión de llamar la atención sin más, ni mostrar hábitos estrafalarios ni rebosar histrionismo para que se fijen ellos; quizá sea algo más sencillo, quizá solo sea cuestión de que debamos aprender a ver a todos los que nos rodean.

        

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