sábado, 15 de marzo de 2014

Perspectiva


¡Qué importancia tiene una perspectiva! Sin ella se confunden las premisas, los axiomas y se mezclan las interpretaciones; sin ella se pierde la objetividad. Es un principio elemental: no se puede ser juez y parte a la vez.

Una situación cualquiera, cuanto más nos aproximamos a ella, más cerca estamos de acabar engullidos. Se exige, entonces, una distancia prudencial que permita una exposición de los hechos, analizarlos y evaluarlos considerando fríamente todas las circunstancias que han confluido en ellos. Siempre sin apartarse de esos principios, ahora referentes, que desliguen implicados de interesados.

Por desgracia, aunque la teoría así expuesta se muestra atractiva, a la hora de llevarla a la práctica, muchas veces se viene abajo. Como ocurre con algunas leyes, que lejos de defender el bien común y una garantía de libertades acaban imponiendo una ideología determinada o protegiendo los insolidarios intereses de la mayoría de las multinacionales. Confunden e invierten así el sentido de las leyes.

Si entendemos el mundo como una colmena, perderemos la perspectiva, y yo no me hartaré de decirlo... es lo único importante.

 

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