viernes, 7 de febrero de 2014

Becas


Las becas: para quienes se las merezcan. ¿Cuántos suspensos podemos permitir a un joven manteniéndole una beca de estudios? ¿Cuántos cursos repitiendo se le puede tolerar?

Estas ayudas van dirigidas a estudiantes procedentes de clases menos favorecidas económicamente. Se les brinda la oportunidad de mejorar su estatus social accediendo a unas titulaciones superiores que en otras circunstancias jamás hubiesen podido cursar. Y las oportunidades se aprovechan o se pierden y, además, son contadas. No hay más vuelta de hoja.

Si un buen estudiante debería sentirse totalmente protegido por el estado, en justicia becar a un mal estudiante tendría que ser reprobado. En España entre un 30 y un 50% de alumnos abandonan sus carreras sin finalizarlas. Es obligatorio exigir responsabilidades, tanto a quienes otorgan esas ayudas como a quienes las reciben y desoír el enfrentamiento barriobajero de partidos que se pelean entre los recortes de unos y el paternalismo universal de otros.

Los universitarios deberían iniciar sus protestas desde una cierta autocrítica: reclamar una beca es muy sencillo; demostrar un compromiso, algo que no se ha escuchado a ningún sindicato de estudiantes, ya es otra cosa.

 

 

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