miércoles, 21 de octubre de 2015

Ruleta rusa


         En el límite del todo o nada a una jugada la ruleta rusa llega al extremo del desquicio. Una bala, seis recámaras, un giro del tambor, la punta del cañón sobre la sien, se aprieta el gatillo... En 1937 Georges Surdez introdujo este juego en uno de sus cuentos desde donde se extendió por todo el mundo.

         Creemos que exclusivamente lo pueden practicar personas desesperadas que desprecian todo. Sirviendo en bandeja la muerte a su destino se trata de encontrarla en un gesto absurdo, tan fácilmente evitable con tan solo no participar. Sin embargo, es posible que olvidemos que muchos ya hemos puesto nuestras vidas sobre el tapete en alguna ocasión, pese a haber recibido más de una advertencia.

         Seguramente conocemos a alguien que ha perdido la vida en actos como montar en el vehículo de un amigo que ha tomado de más o consumir sustancias de composición desconocida. Se dejaron llevar por el momento ¡cómo no vas a acompañar a un amigo! No estaban desesperados, simplemente cometieron una irresponsabilidad. Una y definitiva.

         No hace falta un revólver ni balas para participar en la ruleta rusa. Existen otras opciones con resultados similares.


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